El riesgo de nuevo temblor en la región sigue latente
A lo largo de su historia, en Cochabamba sucedieron dos graves terremotos. En 1909 en Sipe Sipe y 89 años después, en 1998, en Totora, Aiquile y Mizque.
También se han registrado sismos leves en Villa Tunari en 1871, Aiquile en 1925, en Cercado en 1942, 1959 y en 1972 y en Ivirgarzama en 1981, según el Gran Atlas Visual y de Geografía de Cochabamba.
Cada año en Cochabamba se reportan entre 60 y 70 temblores de baja intensidad.
La sismicidad en Cochabamba se asocia a la fragilidad del suelo y a la cantidad de fallas geológicas, explicó el docente del Instituto de Investigación de Arquitectura de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Federico Alejandro Vargas.
Añadió que los valles de Cochabamba se caracterizan por tener una superficie plana y de suelo limo arcilloso como consecuencia del deslizamiento de las montañas del norte de la ciudad.
“En épocas anteriores bajaban rocas gigantes y se iban formando estos rellenos aluviales. En el interior de estos suelos existen acuíferos”, explicó.
Además, en medio de estas capas existen fracturas y fallas geológicas como la de Sipe Sipe que se extiende de norte a sur. En tanto, la de Tapacarí provocó el terremoto de 1909 en Sipe Sipe de 5,8 grados de magnitud en la escala de Richter. Finalmente, las otras fallas importantes son la de Aiquile-Totora, Aiquile-Morochata y del Tunari.
La falla del Tunari o Cochabamba va este a oeste con una extensión de 31,8 kilómetros.
Esta falla “se encuentra en la base de la Cordillera del Tunari y es el origen de la diferencia de altura que existe entre la montaña y la llanura del valle central”, según un estudio de geología de la cooperación alemana publicado en el 2000. Además, añadió que junto con la falla de Sipe Sipe están activas.
El tipo de suelo que conforma la cuenca del valle es un espacio de material no consolidado formado por arena, grava y arcilla. Uno de los sectores menos consolidado es la superficie entre el río Rocha y la cota 2.750, el límite urbanizable del Parque Tunari.
“Estamos en un sector bastante débil, frágil (...) el entorno compuesto por fracturas que tiene la tierra la debilita, si tú tienes una jarra a penas clisada y de pronto le pones agua caliente, se deshace”, señaló.
La geóloga del Observatorio San Calixto, Mayra Nieto, dijo que el sedimento del suelo permite que las ondas sísmicas se amplifiquen.
Agregó que el riesgo de nuevos movimientos telúricos se debe a que el departamento está sobre el oroclino (cadena de montañas) boliviano, la zona de mayor deformación de los Andes.
“Se ve un acomodamiento en las imágenes satelitales que llegan hasta Ivirgarzama”, en la región del trópico de Cochabamba, manifestó la geóloga.
Según el registro de los planos que realizó la Universidad Mayor de San Simón junto al Observatorio San Calixto, el trópico tiene una secuencia permanente de temblores y cualquier desplazamiento de las placas tectónicas puede causar daños.
Después de 1998, los movimientos sísmicos representativos registraron un rango de 4 a 5 grados en la escala de Richter, sobre todo los reportados en el norte del departamento.
Al haberse registrado sismos de hasta 6,8 se estima que es posible que un temblor de estas características se repita.
El terremoto de mayor magnitud en Bolivia se registró en 1994 con una intensidad de 8,9 entre las provincias Iturralde de La Paz y Ballivián del Beni.
Cochabamba carece de estaciones sismográficas
El presidente del Colegio de Geólogos de Cochabamba, Ricardo Pérez, explicó que los movimientos telúricos superficiales -como los que presenta Cochabamba- son los que se manifiestan en las placas de la superficie de la tierra y de acuerdo a su magnitud los efectos son catastróficos.
Pérez explicó que las fracturas geológicas presentan movimientos cada 100 años, por lo que se relaciona con el evento sísmico de Sipe Sipe de 1909 y el último terremoto de 1998 en Aiquile, Totora y Mizque, en el cono sur del departamento.
“En Cochabamba las fallas están consolidadas, pero, cada tanto, hay denudaciones, regulaciones ioestáticas, que generan temblores (...). La misma falla registró movimiento después de casi 100 años sólo que en puntos diferentes”, explicó.
El geólogo apuntó que la franja sísmica de Cochabamba registró con normalidad sismos de baja intensidad de entre 2,4 y 5 grados en la escala de Richter. Según esta escala los movimientos de esta intensidad provocan daños menores.
Pérez lamentó que después del sismo de 1998 no se hayan instalado estaciones sismográficas en Cochabamba para hacer un monitoreo correcto.
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SISMOS IMPORTANTES EN COCHABAMBA
En Cochabamba hasta 1998 se registraron al menos 12 sismos de magnitud como consecuencia del encuentro de las placas Sudamericana y la de Nazca.
FECHA LUGAR MAGNITUD
23 julio 1909 Sipe Sipe 5,8
25 octubre 1925 Aiquile 5,2
25 diciembre 1942 Ciudad de Cochabamba 5.8
18 de febrero 1943 Ciudad de Cochabamba 6,1
06 enero 1958 Pasorapa 5,2
01 septiembre 1958 Aiquile 5,8
23 de febrero 1971 Villa Tunari 5,2
12 de mayo 1972 Ciudad de Cochabamba 5,0
22 de febrero 1976 Aiquile 5,2
23 de julio 1981 Ivirgarzama 5,0
19 junio 1986 Villa Tunari, Chimoré, Puerto Villarroel 5,5
22 de mayo 1998 Aiquile, Totora, Mizque 6,5
SIN MAPA DE RIESGOS
El municipio de Cercado lanzó la licitación para elaborar el mapa de riesgos que identificará las zonas más vulnerables a deslizamientos, riadas y otros.
El jefe de la Unidad de Gestión de Riesgos de la Alcaldía, Daniel Rodríguez, señaló que este es un trabajo muy delicado, por lo que, puede demorar unos meses.
La Ley 602 de Gestión de Riesgos daba plazo a todos los municipios del país, de elaborar esta herramienta hasta noviembre de 2016.
El geólogo Ricardo Pérez dijo que en el casco viejo por la antigüedad de las construcciones y la falta de medidas antisísmicas es propenso a un descenso en caso de sismo.
Observó que las estructuras de más de 10 pisos no tienen una adecuada estructura antisísmica. El municipio tampoco cuenta con una normativa para construcciones antisísmicas; al contrario, permite la proliferación de edificios fuera de norma, incluso, con más de 100 departamentos.
También existe un lugar de alto riesgo, asentado sobre una falla geológica (ángulo de buzamiento), en Alto Cochabamba. El sector es una zona crítica desde 2008, cuando se registró un deslizamiento.
MÁS VULNERABLES
La geóloga de Observatorio de San Calixto en La Paz, Mayra Nieto, indicó que si bien los movimientos sísmicos se han mantenido en los estándares normales, la vulnerabilidad a sus efectos se ha incrementado.
“En algunas casas hay más gente de la que debería habitar, la amenaza es constante y no se toman las medidas ni en las estructuras ni en conocer las normas”, dijo.
Nieto observó que los ciudadanos ignoren que los sismos pueden afectar a Bolivia y no se informen sobre las medidas precautorias.
Antes de que suceda un sismo se recomienda ubicar los lugares más seguros dentro de la vivienda y las llaves de paso de agua, gas y luz, además de preparar un equipo de sobrevivencia, como una mochila.
Mientras que, durante un sismo se recomienda mantenerse alejado de ventanas, puertas exteriores y muebles, no correr ni usar las escaleras.