Viento y sol impulsan energías renovables
Varios informes señalan que crece el uso de energías no contaminantes, particularmente la solar y eólica. Ambas están disminuyendo costos operativos y al mismo tiempo aumentan su eficiencia energética. La combinación plantea un reto para el carbón y los hidrocarburos. La llamada cuenca del Pérmico —entre Texas y Nuevo México— es la zona de perforaciones petroleras más preferida en los Estados Unidos. Bajos costos de producción en la región permiten rentabilidad incluso con el crudo a precios bajos. Ahora esa misma zona se ha convertido en la más grande extensión del país del norte para la energía eólica y mientras, en otras áreas, se perciben significativos aumentos en el uso de energía solar.
En el caso norteamericano, se pensó que al eliminar subsidios y bajar los precios del petróleo rápidamente se llegaría al techo de la energía renovable; ésta no crecería más o lo haría lentamente. Los expertos explican que el argumento en pro del retorno al dominio tradicional de las fuentes clásicas de energía (carbón, petróleo y gas) no consideró un punto destacado: las energías derivadas del sol y del viento están llegando a una especie de “paridad de red”. Los costos de producir ambos tipos de energía han llegado a ser bastante más bajos que lo imaginado otrora por sus propios impulsores. Dichos costos podrían en el mediano plazo ser iguales o inferiores a los del gas natural e incluso del carbón.
Conviene recordar que la energía atómica sigue siendo la manera más barata de producir electricidad pero sus riesgos y altos costos iniciales inhiben un mayor desarrollo, agregando el problema aún no resuelto de los desechos nucleares. De ahí que las energías renovables están predominando en la categoría de combustibles no fósiles. Por otro lado, el petróleo poco incide en la ecuación eléctrica de EEUU pero sí tiene la parte del león en el transporte. Será así hasta perfeccionar los usos del litio, del hidrógeno y de otros elementos limpios. En el frente de la producción de electricidad ya existe algo de competencia entre el carbón y el gas natural contra las energías renovables. No en vano los precios del petróleo y del gas natural se vienen desplomando. Ello no sólo es consecuencia de mejores técnicas de producción: la energía solar y el viento se han vuelto competitivos y amenazan la dependencia de los hidrocarburos.
Ahora que EEUU abandonó el Acuerdo de París la medida abre escenarios distintos, cuyos resultados aún no se pueden predecir, pero pretender que renazca el otrora auge del carbón será algo casi imposible de lograr. Las energías renovables están ganando terreno en EEUU Ya han creado más de medio millón de nuevos empleos. Parece que están ahí para quedarse. Con seguridad luego se expandirán por el mundo. El sucio carbón tal vez seguirá ocupando un porcentaje del consumo energético global, pero sin duda será cada vez menor.
Bolivia tiene amplio espacio para incentivar a las dos energías renovables pero poco se ha hecho. Nuestro altiplano es ideal para colocar paneles solares y en las llanuras del oriente los vientos son cosa del diario vivir. Una nación diminuta geográficamente pero poderosa en otros sentidos, el Estado de Israel, ha demostrado una enorme capacidad para desarrollar estas fuentes alternativas de energía que ahora llaman la atención del mundo. Tomemos ese ejemplo y procuremos su cooperación, que por lo demás Israel varias veces la ofreció en el pasado. ¡A las cosas!, como nos hubiera aconsejado José Ortega y Gasset.
El autor es excanciller de Bolivia, economista y politólogo.
Columnas de AGUSTÍN SAAVEDRA WEISE