Época difícil
Nuestra petrolera estatal ha ingresado a una época difícil y está arrastrando consigo gran parte de nuestra economía. Las estadísticas muestran que en 2016 se ha producido menos hidrocarburos (gas y condensado) que en 2015 y que este año se producirá menos que en 2016. Para cumplir con todos los compromisos de abastecimiento de gas natural que tenemos, deberíamos producir 60 MMm3/d, volumen que ahora no podemos producir.
En otras palabras, YPFB está tratando de cumplir con dificultad sus contratos, con la producción de campos en declinación que cada día producen menos, en un clima de precios bajos de petróleo y disminución de otras exportaciones del país.
Nuestra exportación de gas natural más grande es al Brasil, mediante un contrato “Take or Pay” y “Deliver or Pay” entre Petrobras (PB) y YPFB. A esta altura del contrato PB tiene la obligación de recibir por lo menos 26 MMm3/d y YPFB la obligación de poder entregar la misma cantidad. Si PB pide menos volúmenes, tendría que pagar por el “Take or Pay” como si hubiera recibido esa cantidad. Si YPFB no puede entregar por lo menos 26 MMm3/d también debe compensar al comprador por la diferencia.
Desde el pasado año se están realizando diariamente transacciones por debajo de esos volúmenes, esto podría implicar que PB está incurriendo diariamente en sanciones del Take or Pay o, a la inversa, YPFB.
La explicación que esa disminución se debe a que Brasil demanda menores volúmenes por tener una estación de lluvias abundante para sus presas hidroeléctricas, no es aceptable en el contenido de ese contrato.
Menores producciones de gas significan también menores volúmenes de condensado para ser refinado. Como está la situación, empezaremos a importar gasolinas y aumentar la importación de diésel. Ambos a precios internacionales cuyo efecto en nuestra balanza de pagos ya no es desdeñable con el crecimiento que ha tenido el mercado.
Exportaciones reducidas representan menores ingresos al TGN. En 2017 se recibirán $us 75 millones comparados con $us 304 millones que se recibieron en 2015.
Se ha empezado a tener problemas económicos internos muy serios. Tarija, el principal departamento productor de gas, está paralizando obras programadas con los ingresos de exportación.
Lo que está sucediendo es el inicio de una época difícil que se había prevenido en repetidas ocasiones. El Gobierno es culpable de no haber aprovechado los grandes ingresos de los años de bonanza, para establecer nuevas líneas de exportación de otros productos y así liberarnos de las variaciones de precios en nuestras exportaciones tradicionales.
Pero los culpables mayores son los directivos de YPFB, que en 12 años de ejercicio absoluto del poder no han podido desarrollar una política efectiva de exploración.
La empresa menciona cifras millonarias invertidas en exploración y el contar con decenas de posibles futuros campos, pero hasta la fecha no ha descubierto uno solo importante. Además del daño efectivo, se proyecta la imagen que descubrir hidrocarburos en Bolivia es muy difícil y costoso.
Todo lo anterior parecería indicar que la exploración de hidrocarburos en el país requiere ideas y técnicas nuevas, con la presencia de gente calificada con mayor experiencia.
Todo ello se puede lograr con la participación de otras compañías petroleras internacionales, lo que no ha sido posible hasta el presente.
Se está manejando la idea de llamar a una licitación internacional para asignar áreas de exploración. Si no se efectúan grandes cambios en la política petrolera actual, se está corriendo el riesgo de que no haya postores en la licitación internacional. Estos cambios podrían suceder cuando haya un nuevo Gobierno, cuya fecha no se puede predecir.
El tener mayor producción de hidrocarburos para exportar, es un problema urgente.
Del portafolio de proyectos de exploración de YPFB, se ve claramente que la mayoría está fuera de la zona tradicional, por tanto, se puede pensar en llamar a una licitación internacional de áreas, como parece que el Gobierno está manejando, pero estableciendo una nueva legislación y sistema tributario tan solo aplicable a los campos fuera del área tradicional. Esa especie de paréntesis legal, ha sido utilizada por varios países para lograr mayor inversión.
Lo más reciente son las condiciones especiales que en el Brasil se dan para invertir en el PreSal. Hacer algo similar sería el inicio del fin de los días difíciles para la industria.
El autor es ingeniero petrolero
Columnas de CARLOS MIRANDA PACHECO