El agua es muy barata en Bolivia
El agua debe costar mucho más de lo que estamos pagando ahora y quizás debería duplicar el precio. Yo sé que no hago muchos amigos diciendo esto, pero la verdad es que por el bajo precio, estamos desperdiciando uno de los recursos más importantes para la vida y si no pagamos el costo real de agua, varias ciudades en Bolivia y en el mundo se convertirán en desiertos.
¿Cuánto paga por agua cada mes? ¿Y cuánto sufre cuando no hay agua? Seguro que todos los que están leyendo este artículo están regularmente sin agua. Con esta falta, no se puede utilizar bien el baño, no se pueden duchar ni tampoco cocinar. No es un secreto que en la última década han desaparecido varios lagos y ríos en Bolivia y que el nivel del agua ha bajado en más de seis ciudades del país.
Seguro que muchos culpan directamente a los productores que usan el agua de los ríos y a otros que tienen sus pozos. Claro, ellos son los primeros responsables. Pero no se olviden que ellos producen productos que nosotros consumimos para vivir. Cuando comemos choclo, lechuga, tomates, carne o pollo, indirectamente utilizamos grandes cantidades de agua. Por ejemplo, para producir un tomate, se necesita casi 13 litros de agua, un vaso de leche significa 255 litros de agua y para un kilo de carne de res casi 15.500 litros. Entonces, es fácil culpar a los productores por utilizar tanta agua pero es importante darnos cuenta que nosotros somos el consumidor final.
Ahora como los niveles de agua han bajado y no tratamos el agua de los alcantarillados, los ríos están más contaminados que nunca. Para los productores los ríos son una fuente barata de agua. Sin embargo, ponen en gran riesgo la salud de las personas que comen productos regados con aguas de río contaminadas con alcantarillados. Podemos obligarles a filtrar el agua antes de usarla para hacerlo saludable, pero seguro costaría más. En un mercado libre como Bolivia, la mayoría elije la comida barata y con esto se pone presión a que los productores cultiven con aguas contaminadas.
Esto se resume en un problema económico donde el precio del agua es muy barato, porque “el agua es social” pero sin control de calidad. Subiendo el precio de agua (incluida la de pozos o ríos) se reduce el consumo de productos que utilizan mucha agua aumentando el de productos más eficientes en el uso del agua. Aunque duela un poco, es importante evitar la erosión y desertificación de Bolivia y también asegurar el control y calidad del agua para preservar la salud humana.
El autor es magíster en Economía
Columnas de ARNOLD HAGENS