México, AMLO y el triunfo de la necedad
El domingo 1 de julio, se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en México, y por fin se le hizo ganador al candidato Manuel Andrés López Obrador (AMLO), quien en dos ocasiones anteriores intentó llegar a la presidencia y, por fraudes electorales, ésta le fue arrebatada.
Una de las canciones que formó parte de la campaña de López Obrador fue la de “El necio”, y es que la necedad triunfó en México, la necedad de AMLO de llegar a la presidencia, y ojalá no defraudar como lo prometió, y ante todo la necedad y el valor del pueblo mexicano de salir del lodazal en el que se había sumergido.
La corrupción, la violencia campante, y la impunidad en su máxima expresión, fueron la tríada que llevó a la ciudadanía mexicana a colocar la esperanza en la alianza encabezada por López Obrador “Juntos haremos historia”. México estaba herido de muerte, pues en los últimos años la cantidad de gente asesinada, desaparecida, ha sobrepasado los límites de lo imaginable.
A esto se suma que es uno de los países más desiguales de la región. Para tener como referente, el uno por ciento de la población detenta la tercera parte de la riqueza. Andrés Manuel, el Peje como se lo llama de manera cercana, ha hecho hincapié en su programa de gobierno en que terminará con la corrupción, un mal enquistado en las esferas del poder, en la institucionalidad, y en la sociedad. Y que combatirá la pobreza, atendiendo a los sectores más vulnerables, desprotegidos, a los de abajo como se refirió.
Sabemos que la historia política de México tuvo al PRI como tradición política, hoy en día se tendrá un México sin el PRI, lo cual no es un dato menor, y la tendencia hacia la izquierda que representa AMLO ha dado un viraje en la política mexicana. Efectivamente, existe también cierto escepticismo que ha criticado la alianza que Morena (el partido de López Obrador) hizo con la extrema derecha. Sin embargo, son varias las muestras para confiar en el Peje, el énfasis que puso en que gobernará con austeridad, y señaló que no tendrá seguridad privada, no usará el avión presidencial, no vivirá en la casa de gobierno situada en Los Pinos, y el hecho de ser un personaje que sabe acercarse al pueblo, pues ha salido de él; dan una característica peculiar respecto de anteriores presidentes.
Se dice que cada pueblo tiene el gobernante que se merece, por fin AMLO representa esa figura a la altura del pueblo mexicano. Ahora toca trabajar para reconstruir y reparar el país, toca hacer justicia a los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, y a toda la gente asesinada, ojalá AMLO lo pueda hacer.
La autora es socióloga y antropóloga
Columnas de GABRIELA CANEDO VÁSQUEZ