Relacionadas con el poder, la riqueza, el amor, la gloria y las virtudes las joyas suelen causar especial fascinación en el común de las personas. Cada una parece encerrar una y varias historias a la vez. Por eso, un conjunto debidamente ordenado de joyas bien puede encerrar la historia de un país, digamos Bolivia. Sus proverbiales reservorios de oro, plata y gemas dan pie a recorrer no sólo los dos siglos republicanos, sino varios más.