El pasado jueves, en el penúltimo día de los alegatos finales, la exmandataria tuvo una crisis hipertensiva, por lo que se hizo un receso de 30 minutos para que fuera atendida.
Los expertos señalan que se vulneró el derecho a un debido proceso, a la salud, las garantías constitucionales y la presunción de inocencia, y que es un proceso con altos componentes políticos