El lugar: “Ají dulce”
El local no deja lugar a dudas: una gran fotografía de Caracas, paquetes de harina de maíz y ron Santa Teresa en las estanterías. Esta arepería venezolana acaba de abrir en París, como decenas de taquerías o restaurantes de empanadas, lo último en comida callejera.
En este barrio de moda, con pequeñas boutiques y tiendas de decoración, cercano a la turística basílica del Sagrado Corazón, no es extraño encontrar en una misma calle varios locales de especialidades latinoamericanas.
“Aji dulce” abrió hace cuatro meses. Su propietario, Luis Alfredo Machado, empezó vendiendo arepas en la gastroneta y ahora propone menús a unos 10 euros (10,7 dólares) con lo más tradicional de la cocina venezolana: caraotas, carne mechada o queso amarillo, servidos con el papelón a base de caña de azúcar.
La novedad atrae a los clientes al mediodía. “Póngame la arepa más típica”, pide Nam, un francés de origen asiático, que las prueba por primera vez.
“Los franceses se interesan por lo que comen. Comen por placer, no por apetito”, constata Machado.
En París, la ola de comida callejera “un poco gourmet” se inició hace unos años y “se fue diversificando”, explica a la AFP el fundador de la popular guía Guide Fooding de gastronomía, Alexandre Cammas.