Date el gusto de vivir la alegría y tradición en las fiestas provinciales
¡Descubre Cochabamba!
El departamento encanta y seduce con las fiestas y tradiciones de sus mágicas provincias. Sus celebraciones son únicas y especiales, cargadas de mucha identidad, cultura y folklore. ¿Qué hace interesante cada festividad?
Urkupiña, la reina de las fiestas
Quillacollo es conocida por la celebración de la Virgen María de Urkupiña, el festejo religioso y folklórico más grande de la Llajta, que convoca a miles de peregrinos de todo el país e inclusive de varias ciudades del mundo.
El evento en honor a la "mamita" de Urkupiña se realiza del 14 al 16 de agosto. Se inicia con una entrada en la que las fraternidades llenan las calles de colores, bailes y música; son infaltables las ganas de compartir este derroche de alegría y tradición acompañados de la infaltable cerveza Taquiña, la marca que es un ícono de Cochabamba.
La fiesta termina con la visita de los peregrinos al cerro de Cota para participar del Calvario, donde se realizan una serie de ritos que siguen a costumbres religiosas y paganas. El más importante consiste en sacar piedras del lugar y según el tamaño de la roca extraída será la recompensa, por parte de la Virgen, a los peregrinos con dinero.
También está Alasitas, donde la gente adquiere los tradicionales objetos en miniatura como casas, vehículos y otros. Éstos representan los deseos materiales de los creyentes y que la milagrosa Virgen concederá siempre y cuando este acto de compra se haga con una fe inquebrantable.
San Juan bajo el cobijo de Totora
Totora, una tierra que viste sus calles de arquitectura colonial y atrayentes paisajes, es el lugar preferido por muchos cochabambinos para celebrar San Juan.
Es costumbre pasar la noche más fría del año alrededor de una fogata familiar o en la plaza principal del poblado, que se llena de juventud y música folklórica, compartiendo una deliciosa cerveza.
Los inolvidables carnavales en Pocona
Pocona, un valle lleno de vegetación que lleva la tradición en su savia, une a todos sus habitantes y visitantes cada año en la fiesta del Carnaval.
El festejo comienza el día domingo con la entrada tradicional del príncipe y la princesa acompañados por las comparsas del pueblo, las bandas de música y los espectadores que se integran a la caravana, envueltos en serpentinas de colores, con las cabezas salpicadas de mixtura y vestidos de cotillón.
El lunes, el príncipe y su familia abren su hogar e invitan a todo el pueblo a disfrutar de la fiesta, ofreciendo comida y bebida, todo amenizado por música. Al día siguiente, el martes, es el turno de la princesa que prepara un festín similar al de la jornada anterior.
El miércoles, los patriarcas (las personas más adultas de Pocona) se convierten en los anfitriones de la fiesta, donde se realiza la elección del príncipe y la princesa para el siguiente año. Los postulantes a la corona carnavalera deben cumplir con ciertos requisitos como ser descendientes directos de las pocas (se habla de 4 ó 5) familias originarias del pueblo. Asimismo, deben tener entre 18 y 30 años.
El jueves está fijado para la realización del festival de Taquipayanacus, donde las famosas coplas cantadas en español y quechua son protagonistas. Las letras y versos llenos de picardía van acompañados por los acordes de acordeones y alegran a los espectadores.
Este carnaval inigualable se caracteriza por tener un pasante o preste de cerveza, una persona que de forma voluntaria –y sin ninguna remuneración a cambio- aporta para la fiesta aproximadamente 40 cajas de la rica e inigualable cerveza Taquiña. Este año, además, los pasantes tendrán una opción para disfrutar más de la bebida que une a los cochabambinos, con la nueva botella de 710 ml que ofrece el equivalente a un vaso más al mismo precio.