Piden aliviar calvario de niños con hemodiálisis; urgen equipo e ítems
El olvido y la indiferencia de las autoridades motivaron a personal de salud y familiares de 18 niños que reciben tratamiento de hemodiálisis en el hospital Manuel Ascencio Villarroel a romper el silencio y compartir la tragedia que viven para aliviar el dolor de los pacientes por la carencia de infraestructura, equipos, medicamentos y especialistas.
“Queremos infraestructura propia para la comodidad de nuestros niños. La sociedad desconoce nuestras necesidades y las autoridades nos han olvidado”, señaló Marta Aguayo, una madre de familia.
Contó que el área de nefrología se ha convertido en una especie de segundo hogar, porque durante los últimos cinco años pasa más de cuatro horas, tres días a la semana, acompañando a su hijo a dializar.
Marta afirmó que, pese al esfuerzo que hacen los médicos y enfermeras por prestar un servicio de con calidad y calidez, la falta de ambientes para que los niños descansen deteriora su salud.
“Muchas veces nuestros niños convulsionan o se caen porque el tratamiento es fuerte, pero no podemos quedarnos porque no hay espacio”, acotó.
Al igual que ella, varias madres indicaron ayer que el lugar donde funcionan los cuatro equipos de diálisis quedó pequeño, mientras la demanda tiende a aumentar.
En un recorrido, este medio constató que los profesionales trabajan aglomerados para asistir a los niños, quienes requieren supervisión constante.
Se verificó que el depósito de medicamentos sirve también como vestuario para galenos y pacientes.
El director del hospital, Miguel Sáenz, adelantó que realizan gestiones para, en 2021, contar con más enfermeras y equipos de diálisis para mejorar la atención, aunque reconoció que no es posible ampliar la infraestructura porque las instalaciones son prestadas por el materno Germán Urquidi.
“Estamos haciendo gestiones para tener mayor cantidad de máquinas, pero nos vemos limitados por el espacio físico. Cuando JICA hizo la entrega de la infraestructura prohibió en el contrato hacer modificaciones estructurales a la edificación, pero esperamos superar las dificultades y llegar a buen puerto”, aseveró.
Sáenz precisó que se elaboran informes para hacer varios requerimientos al Ministerio de Salud para fortalecer el servicio.
Pacientes llegan de otras regiones
Rosalía Yampara, enfermera del hospital del niño de Cochabamba, mencionó ayer que, de los 18 niños que reciben tratamiento de hemodiálisis, dos provienen de Beni. Detalló que incluso se llegó a atender a menores con problemas renales de La Paz y Sucre.
“Las máquinas no paran, los niños vienen en dos turnos, cada uno dura cuatro horas. Algunos vienen lunes, miércoles y viernes; otros están martes, jueves y sábado”, aseveró.
Yampara subrayó que el servicio comenzó a funcionar hace cinco años, entonces sólo existía una paciente.