Vecinos piden replantear ruta del tren por el impacto ambiental al río Rocha
Tras participar durante tres años en foros y reuniones de socialización de nueve trazos de la línea amarilla del tren, los vecinos de varios barrios ratificaron que no permitirán que el proyecto ingrese al río Rocha en la ciudad de Cochabamba. Entre las observaciones para rechazar el proyecto están la afectación a áreas verdes, árboles e infraestructura vial consolidada.
La línea amarilla conectará el municipio de Cochabamba con Sacaba. El recorrido comienza en la estación central de San Antonio y concluye en El Castillo, de acuerdo a datos de la Unidad Técnica de Ferrocarriles (UTF), dependiente del Ministerio de Obras Públicas.
La última alternativa presentada contempla un trazo elevado por el río Rocha. La propuesta fue rechazada por vecinos, colectivos y representantes de instituciones en una consulta pública.
“Estamos luchando para que el tren no afecte a ninguna avenida ni al río Rocha. Nos explican el trazo, pero quieren dañar más de 600 árboles, trasladar los cables de alta tensión y otras áreas”, indicó una vecina del Distrito 12, María Quiroga.
Comentó que desde 2019 los vecinos observan los trazos propuestos por la falta de estudios técnicos y el impacto ambiental, aspectos que a la fecha no son considerados por la UTF ni por la Asociación Accidental Tunari (AAT), empresa que ejecuta el proyecto del tren.
La representante del colectivo No la Tala de Árboles, Rocío Estremadoiro, señaló que la afectación a 640 árboles en Cochabamba para construir un proyecto impuesto alarma, porque al ser una de las ciudades más contaminadas de América Latina se debería estar pensando en preservar la cobertura vegetal en vez de retirar diferentes especies.
Para ejecutar el trazo elevado con pilotes por el río Rocha se tendrían que podar 152 árboles, cortar 355, trasplantar 107 e intervenir otros 26, de acuerdo a un informe.
“Hablan de podas, pero no tienen respaldo científico ni especifican de qué tipo. También se refieren a trasplantes, pero eso no es un chiste, porque eso podría causar la muerte de los árboles, como ocurrió con los molles del corredor Quintanilla”, aseveró.
En tanto, Irma Salazar, otra vecina de la OTB Villa Coronilla, dijo que no se oponen a la construcción de la línea amarilla, pero ésta debe realizarse en consenso y con respaldo de estudios técnicos.
El presidente de la Asociación de Ingenieros Eméritos (Asieme), Gonzalo Maldonado, explicó que hay tres elementos que frenan avanzar en la búsqueda de alternativas para la línea amarilla.
Subrayó que una de las observaciones tiene que ver con limitaciones en la socialización del trazo; la segunda es que a la fecha no se tiene un diseño final, y la tercera, la falta de información sobre la parte económica de la obra.
“Sólo nos han presentando el trazo esquemáticamente, no sabemos cómo se harán las estructuras, si estarían dentro del río o si la plataforma va a ir encima del río”, agregó.
Maldonado, en una carta enviada al alcalde Manfred Reyes Villa, advirtió que la construcción de la línea amarilla por el río generará efectos negativos en la parte hidráulica porque las estructuras que se pretenden emplazar son de “gran magnitud”.
Complementó que los trabajos provocarán acumulación de sedimentos y, en cualquier evento de crecida extraordinaria, esto causará desbordes.
Desde la Unidad de Comunicación de la UTF indicaron que se trabaja en una nueva alternativa y que los detalles se harán conocer en próximos días. Sin embargo, en pasados días, el coordinador de la UTF, Augusto Chassagnez, confirmó que se mantiene la intención de llegar a Sacaba. El Ministerio dijo que Cochabamba tendrá que decidir si la línea amarilla se realiza o no.