Cochabamba cuenta con tren, pero carece de un sistema de transporte
A seis meses del inicio de operaciones del Tren Metropolitano de Cochabamba, los usuarios carecen de un sistema de transporte público que conecte las diversas modalidades: micros, bicicletas, taxis, minibuses y terminales.
“Si bien está funcionando el tren, no se ha entendido el mensaje: se tiene que armar un sistema integrado de transporte masivo con buses rápidos, rutas para bicicletas, peatones”, dijo la coordinadora del Ceplag de la UMSS, Carmen Ledo.
Cada día se realizan casi 2 millones de viajes en el eje metropolitano, desde Sacaba hasta Sipe Sipe, pasando por Quillacollo y Cercado, según la encuesta sobre movilidad urbana que realizó el Centro de Planificación y Gestión, en 2015, para el proyecto de Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El último y único estudio sobre movilidad urbana en Cochabamba ya advirtió sobre la necesidad de contar con un sistema de transporte para evitar un colapso. Sin embargo, las modalidades siguen desconectadas y el tren eléctrico está aislado.
El transporte tradicional de micros y minibuses continúa siendo la modalidad más demandada. En tanto que otra parte opta por desplazarse en sus vehículos particulares. (Ves infografía).
Otras opciones para desplazarse, como las ciclorrutas, se mantienen relegadas y difícilmente se conectan con centros estratégicos. La improvisación en su construcción representa más riesgos. A ello se suma la falta de educación vial, que hace que los conductores de motorizados avasallen el 1,5 metro de ruta para los ciclistas.
A pesar de la gran cantidad de viajes que se realicen entre los siete municipios del eje, la mala cantidad del transporte y el congestionamiento vehicular que se identificaron en el estudio persisten.
“La verdad es que en el tema de transporte no hemos avanzado. Es lamentable la falta de visión del mismo cochabambino respecto al transporte masivo y los riesgos y vulnerabilidades para las mujeres”, observa Ledo.
Alianzas
Explica que el nuevo tren metropolitano y todos los demás servicios tienen que converger y realizar alianzas para tener un servicio dinámico y de calidad, que reduzca los riesgos para las usuarias, debido a que las mujeres son las más expuestas porque trasladan a sus hijos y víveres y, por ahorrar, soportan un transporte precario.
“En el fondo, ése es el sistema integrado, pero donde todos tienen que converger. Yo no puedo agarrar y pagar un pasaje en diferentes lugares, debería haber una alianza para que con el mismo pasaje pueda ir a todos lados”, indicó Ledo.
La iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles también planteó la necesidad de contar con una Autoridad Metropolitana.
Actualmente, las dos líneas del tren —roja y verde— operan de manera aislada y desconectada del resto del transporte. Además, la roja, a pesar de estar cerca de centros estratégicos como La Cancha, no tiene una parada y la antigua estación está convertida en un mercado.
Impacto
La falta de un transporte eficiente repercute en la calidad de vida y en los desplazamientos, principalmente de las mujeres que cumplen múltiples roles.
El estudio advirtió que al tener “un transporte público atomizado y precario explica el incremento en los tiempos de viaje de todos en la familia, la baja productividad e impide mejorar los ingresos del hogar”.