El cierre de canales y las urbanizaciones clandestinas reducen agua para riego
La destrucción de canales y el crecimiento de las urbanizaciones clandestinas reducen el agua para riego y afectan la producción agropecuaria en Cochabamba. La situación es más crítica en la región metropolitana y en el valle alto, donde la huella urbana se expande de forma intensiva y pone en riesgo la seguridad alimentaria , manifestaron algunos productores.
El vicepresidente de la Asociación de Usuarios del Sistema Nacional de Riego Nº1, Vladimir de la Barra, señaló que, en la última década, la cantidad de problemas por el tapado de canales de riego aumentó para los regantes de la represa de La Angostura. Dijo que cada vez es más difícil hacer respetar las infraestructuras para trasladar el agua hacia los enclaves agrícolas.
“Los problemas por el cierre de canales están aumentando a medida que la mancha urbana avanza. Cada vez aparecen más urbanizaciones en zonas que no están ni homologadas, esto nos preocupa a los regantes, porque en algunos casos nos hemos tenido que enfrentar a los loteadores, ir a juicios y derribar muros para hacer respetar los usos, costumbres y servidumbres”, comentó.
De la Barra precisó que, a la fecha, el cierre de canales está ocasionando pérdidas al sector lechero en el municipio de Arbieto y áreas agrícolas, al sur de la ciudad de Cochabamba.
Precisó que un ejemplo del impacto económico y ambiental que representa este problema es lo ocurrido con la granja Angostura, donde la producción de leche se redujo por la falta de agua para el riego de forraje y derivó en la muerte del ganado.
En tanto que en la zona sur de la ciudad, en el sector de La Tamborada, la destrucción de la infraestructura obligó a los regantes a emplear otro canal más estrecho y que estaba más lejos, acotó.
Los productores de La Maica, una de las últimas zonas agrícolas de la ciudad, mencionaron que la proliferación de construcciones urbanas afectó la conservación de los canales de riego, debido a que se descuidó el mantenimiento y la canalización de las torrenteras, aspectos que dificultan el aprovechamiento del agua.
Los regantes también señalaron que antes podían regar hasta seis veces al año sus cultivos con aguas de La Angostura y la cantidad era mayor, pero, desde que comenzaron a proliferar los asentamientos por los alrededores de la represa, cada año es más conflictivo usar los recursos hídricos.
Otro productor sostuvo que la escasez de lluvias y las disputas que existen para sacar agua de la presa motivó a los agricultores a emplear las aguas servidas para regar el forraje, pese a que estos desprenden malos olores y no son aptos para ser reutilizados.
Norma no sanciona vulneración de usos
El presidente de la Asociación de Criadores de Ganado de Bolivia (Acrobol), Mario Mercado, indicó que el cierre de canales y la escasez de agua para riego por la ampliación de la huella urbana sin planificación están convirtiendo a Cochabamba en un importador de insumos agropecuarios cuando antes era considerada granero del país.
Puntualizó que la falta de sanciones drásticas contra los loteadores que cierran los canales e invaden las tierras demuestra que los productores están en estado de indefensión.