El Castillo de Arani, un atractivo turístico erigido sobre ruinas
En la comunidad de Villa Carmen, en el municipio de Arani, se alza majestuosa la hacienda El Castillo, un tesoro arquitectónico construido sobre cimientos coloniales y de apariencia medieval. Desde hace tres años, se ha convertido en un destino turístico que transporta a los visitantes a tiempos y lugares lejanos.
El padre Tomás Flores, nacido en los alrededores de Punata y párroco de la iglesia de Sipe Sipe, contó que este castillo nació como un proyecto familiar, sin financiamiento externo, en el que invirtieron junto a sus cinco hermanos.
Según datos brindados por la Alcaldía de Arani, la hacienda pertenecía a la familia Tardío y fue adquirida por la familia Flores en 1999. “Cuando hemos empezado no había camino, energía ni agua. Habían dejado de la Reforma Agraria, en 1952, abandonado, se llevaron todo lo que tenía, estaba en ruinas”, recordó Flores.
De los escombros se erigió el castillo —conocido también como Pucahuasi— con la participación de varios arquitectos y diferentes diseños, pero modificados “a la manera” del padre Tomás Flores.
“Me gusta diseñar las cosas. Antes sólo había una pequeña estructura en ruinas, pero ahora hemos convertido este lugar en un atractivo turístico”, señaló.
Estructura y diseño
El castillo se observa desde la carretera y está ubicado a unos metros de la tranca. Sus tres altas torres puntiagudas color ladrillo resaltan a la distancia y su estructura construida con piedras se camufla con el paisaje montañoso del sector.
El presidente del Colegio de Arquitectos de Cochabamba, Gerson Alcocer, acotó que es una mezcla de estilos por el diseño y los diferentes materiales que se utilizaron.
Decenas de escalones rodean este atractivo que cuenta con arcos en la planta baja y dos pisos con habitaciones que atesoran cuadros coloniales y fotografías de personajes ilustres de Arani, informó la Alcaldía. También hay un antiguo almácigo de productos agrícolas.
El interior del castillo aún no está abierto al público. Sin embargo, los visitantes pueden pasear por los alrededores y sacarse fotografías. El ingreso tiene un costo de 5 bolivianos para adultos y gratis para niños. Para los próximos años se prevé abrir un restaurante, saunas y piscinas.