70 grupos autóctonos realzan entrada con danzas, música y trajes de antaño
Con la participación de 70 grupos y comunidades en la XXII Entrada Autóctona arrancó ayer oficialmente la fiesta de la Virgen de Urkupiña en Quillacollo. Decenas de danzarines, agrupados en conjuntos autóctonos, derrocharon alegría y demostraron la diversidad cultural que existe en el país a través de la música, el baile y los trajes típicos.
Como de costumbre, la actividad comenzó con la realización de la tradicional q’oa y un apthapi, donde las autoridades municipales y algunos devotos compartieron algunos alimentos y expresiones culturales.
Pujllay, moceñada, lechehuayos, tarqueada, pinkillada, sikuriada y jula julas, son algunos de los bailes de antaño que los espectadores apreciaron en la entrada autóctona, que a diferencia de otros años tuvo más participantes.
El presidente de la Fundación Urkupiña de Antaño, Sandro Arroyo, señaló que la cantidad de conjuntos autóctonos aumentó y que se espera que en próximos años siga creciendo.
“Más de 70 agrupaciones nos han visitado para mostrar la diversidad cultural que tenemos los bolivianos, estamos seguros que eso va ser creciendo los próximos años, hemos empezado la entrada con siete grupos y ahora tenemos bastante, eso nos pone contentos”, afirmó.
Por su parte, el alcalde Héctor Cartagena, destacó el esfuerzo que hicieron varias comunidades de las pro-vincias de Tapacarí y Ayopaya para manifestar su fe en la entrada autóctona.
“Con mucha expectativa y efervescencia estamos dando inicio a la fiesta con los grupos autóctonos que destacan por el ritmo y el colorido, hemos visto bastante participación de los hermanos originarios que han bajado de las alturas y de la zona andina para manifestar su fe a la “Mamita de Urkupiña”, comentó.
La participación de estudiantes de diferentes unidades educativas y diversas organizaciones e institutos también llamó la atención del público. Los espectadores acompañaron a los danzarines con aplausos y algunos incluso se animaron a dejar sus sillas para interpretar algunos pasos de baile.
En un recorrido realizado por Los Tiempos se constató a diferencia de otros años, los grupos ingresaron de acuerdo al orden de llegada, dejando de lado un rol establecido.