Peregrinos argentinos visten con sus colores a la Virgen de Urkupiña
Cautivados por los “milagros” que hizo en sus vidas y movidos por la fe, cientos de devotos argentinos traspasaron una vez más las fronteras para reencontrarse con la Virgen Urkupiña en Quillacollo, la ciudad santuario de Bolivia.
La emoción y la esperanza de ser bendecidos con salud, prosperidad y de conseguir todos sus anhelos llevó a los creyentes de Salta y Jujuy a vestir a la imagen de la Virgen con los colores de la bandera argentina y acompañar la multitudinaria procesión con una lluvia de pétalos de flores, pañuelos blancos y testimonios de fe.
Varias familias del norte argentino se concentraron ayer en la plaza 15 de Agosto para expresar su amor incondicional por la “mamita” de Urkupiña en la misa central.
Con la imagen de la Virgen en sus brazos, Roque López, acompañado de su esposa, relató que peregrina desde Salta desde hace 17 años para agradecer y encomendar sus deseos.
“Mi señora no podía tener familia y hemos venido acá a Bolivia. Me llevé a la Virgen y mi hijita en la panza, mi hijita tiene 17 años y se llama Milagros, gracias a la Virgen de Urkupiña. Estoy orgulloso y lleno de felicidad”, dijo.
Contó que las restricciones de la pandemia de Covid-19 le impidieron asistir a la fiesta tres años, por lo que ver la “mamita” en 2023 le alegra.
“Este año he venido a pedirle salud y por mi hija que ya termina la secundaria y va a estudiar medicina, para que rinda los exámenes. Personalmente, soy devoto 17 años; mi esposa, 16, y mi hija hace 15 años”, dijo.
Roque sostuvo que gracias a su devoción conoció a su esposa y amigos, por lo que siente una gratitud con Bolivia.
Justina Gualampa, otra fiel creyente que llegó de Perico, Jujuy, dijo que desde hace 23 años se da modos para llegar al templo San Ildefonso junto a su esposo e hijos. “Es muy larga la historia, desde los 23 años que vengo y tengo 56. Vine con toda la familia. Pido salud, trabajo y por la Argentina, que estamos pasando una situación muy mala, para que se arregle”, afirmó.
Pasante
Entre los numerosos testimonios de fe que se manifiestan en el templo no pasó desapercibido el detallado decorado del altar con ángeles, lirios y jazmines realizado por los pasantes de la fiesta: Eduardo Valdivia y su esposa Elena Paredes, quienes no escatimaron en esfuerzos para pedir sus anhelos.
“No puedo dar un número porque es el cariño que uno le brinda, ese sentimiento no tiene límites y es eso lo que nosotros queremos inculcar a todos los devotos”, afirmó el empresario.
Como de costumbre, la misa central de Urkupiña también concentró a autoridades nacionales, departamentales y municipales. Los ministros de Defensa, Edmundo Novillo; de Cultura, Sabina Orellana, y de la Presidencia, María Nela Prada, asistieron para pedir paz, fortaleza y bienestar. Mientras que los alcaldes de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, y de La Paz, Iván Arias, abogaron por la unidad y reconciliación del país.
TESTIMONIOS
“Venir a ver la Virgen me hace feliz. Me siento como en casa, como en mi tierra. Ella me recibe con los brazos abiertos y los hermanos bolivianos nos tratan bien”.
Roque López, Peregrino de Argentina
“La fiesta es realmente hermosa. Voy a seguir transmitiendo mi fe a mi familia. Muchos argentinos conocidos han llegado a Bolivia gracias a las historias de otros devotos”.
Justina Gulampa, Peregrina de Argentina