Más de 90 fuentes no funcionan por falta de electricidad y agua
Gabriel López
Es probable que muchos desconozcan todas las fuentes de agua que hay en las plazas y parques de la ciudad de Cochabamba. Sin embargo, la mayoría recordará la que existe en la plaza 14 de Septiembre conocida como Las Tres Gracias.
La identidad de la ciudad ha estado ligada a estas fuentes desde el pasado. Las Tres Gracias se instalaron el 16 de julio de 1896 frente a una multitud de personas que celebraron la ornamentación de la plaza principal, según los datos históricos.
Actualmente, la urbe tiene cerca de un centenar de fuentes que además evocan los días en los que el agua abundaba en Qhochapampa (tierra de lagunas), como se conocía originalmente a la región.
De ahí que no es extraño observar a familias y los niños disfrutar de la frescura del agua, buscando alivio del inclemente sol a la sombra de una pared, en busca de las gotas de las fuentes que el viento dispersa como una suerte de aire acondicionado al aire libre.
Según la Empresa Municipal de Áreas Verdes y Recreación Alternativa (Emavra) existen unas 91 fuentes en los parques, calles, plazas y plazuelas para atraer a los turísticas y destacar la belleza de la ciudad.
Sin funcionar
Sin embargo, al menos 90 fuentes no funcionan o lo hacen de forma intermitente, sólo determinados días y por algunas horas por la falta de electricidad.
Se conoció de forma extraoficial que la deficiencia en el suministro eléctrico impide que fuentes como la de plazuela Quintanilla no estén activadas.
El panorama es similar en la fuente del pasaje Sucre que sólo funciona un par de horas y de la fuente Guayaquil, en la calle Bolívar y San Martín, que es una de las más descuidadas, porque incluso es usada como mingitorio por las personas en situación de calle. Las fuentes de la plaza Colón y el pasaje de la Catedral están activadas con intervalos. En cambio, la fuente de la Plaza de la Mujer, en la avenida Oquendo y Venezuela, definitivamente no funciona.
Cada fuente tiene un sistema propio que, lamentablemente, no puede operar por falta de electricidad para bombear el agua.
A pesar de que las fuentes no estén a plenitud, los trabajadores de Emavra se esfuerzan por mantenerlas limpias. El cuidado está a cargo principalmente de trabajadoras, quienes a diario y protegidas con sombreros y vistiendo botas de lluvia retiran la basura, tierra y otros desechos que se arrojan.
El trabajo de limpieza consiste en mantener impecable la parte externa e interna de la infraestructura para, posteriormente, limpiar el agua.
Las trabajadoras lamentan que algunas personas arrojen basura al interior de las fuentes, o que los comerciantes ambulantes laven sus trapos.
El problema más extremo con el que tienen que lidiar es el conflicto con las personas en situación de calle y los consumidores de sustancias controladas que se asean con el agua o, incluso, nadan desnudas debido a las altas temperaturas. También lidían con personas en estado de ebriedad que usan fuentes como mingitorios.
El agua
El funcionamiento se ve amenazado, además, por la falta de agua. En el contexto hídrico actual resulta difícil mantener el caudal de antaño. Otra amenaza es el descuido de los ciudadanos que dañan las fuentes, ensucian la infraestructura e incluso las destruyen, como ocurrió en el incidente de 2016 cuando un grupo vandalizó la fuente de la garza en la plazuela Colón y destruyó parte de la estructura.
La historia de Cochabamba está entrelazada con el destino del agua, desde el propio nombre de la ciudad, que evoca el recuerdo de una tierra bendecida con vergeles, afluentes y manantiales, hasta el conflicto del año 2000.
Este conflicto surgió a raíz de la privatización del suministro de agua en la ciudad, llevada a cabo por una empresa extranjera. La población se manifestó en contra de los significativos aumentos en las tarifas del agua y la falta de acceso a este recurso básico.
A pesar de estas dificultades, las fuentes de agua que embellecen a la “ciudad Jardín” subsisten como un punto de encuentro y esparcimiento para familias y turistas que buscan refrescarse alrededor de las mismas.