Los niños sueñan Bolivia en grande y esperan pasar más tiempo en familia
Bolivia celebra el Día del Niño cada 12 de abril, una fecha en la que autoridades, instituciones civiles y familias se unen para agasajar a los más pequeños del hogar. Pero ¿qué esperan ellos de esta jornada especial y qué opinan de su país y su futuro?
En un sondeo realizado por Los Tiempos, los niños expresaron su preocupación por el medioambiente, la crisis climática y la violencia, y también expresaron su deseo de unidad, paz y prosperidad.
Algunos solicitaron que se aborde con conciencia la gestión de los residuos sólidos, la acumulación de basura en calles y la protección de las áreas verdes.
“Me gustaría que mejore la economía y otras cosas”, opinó el niño Manuel Carry.
“Quiero que paren los feminicidios”, señaló por su parte Antonella Bustamante.
A pesar de su corta edad, también manifestaron su deseo de vivir en una Bolivia más próspera y pidieron una mejora en la economía del país.
Asimismo, expresaron su anhelo de vivir en una cultura de paz, sin violencia ni vulneraciones.
Los niños también destacaron su deseo de dedicarse profesionalmente al deporte y solicitaron más instalaciones para practicar sus deportes favoritos.
“Quería ir a Beni con mi equipo porque quiero ser futbolista y recibir una Play Station 5”, comentaron Emerson y Mateo Cruz, dos hermanos que son futbolistas.
Aunque su edad podría considerarse un obstáculo para comprender dilemas estructurales, demostraron su preocupación por los feminicidios y la violencia hacia las mujeres, expresando un deseo de que cesen estos hechos.
Además, mostraron empatía hacia sus pares menos afortunados. Se preocupan por las condiciones de los niños trabajadores y los que viven en las calles y exigen un cambio en ese aspecto en Bolivia.
Deseos
En cuanto a sus expectativas para el Día del Niño, pidieron deseos diversos, desde artículos deportivos, como balones, hasta material de dibujo y pintura.
Algunos, conscientes de la situación económica de sus familias, desearon regalos más modestos, como peluches, coches y cocinas de juguete.
También expresaron su interés en tener artículos tecnológicos, como la Play Station 5.
“Quiero estudiar peluquería o también ser presidenta”, afirmó Kerly Aguilar.
“Yo quiero que me vaya bien en mis estudios y hacer un viaje. Me gustaría ser arquitecta cuando sea grande”, dijo Luciana Montero.
La mayoría de los niños sabe que el 12 de abril cae en viernes este 2024 y pretenden pasar el fin de semana junto a sus familias.
Entre los paseos favoritos de los niños en Cochabamba se destacan actividades al aire libre, como caminatas a las cascadas de Apote, en Tiquipaya, así como la escalada de cerros y visitas al campo para disfrutar con sus seres queridos. Los más aventureros desean hacer turismo en el país, por ejemplo, conocer el salar de Uyuni y Tarija.
Los niños tienen claras sus expectativas sobre el futuro, que van desde carreras profesionales hasta oficios técnicos, y algunos incluso aspiran a ocupar roles de liderazgo en la sociedad, como la Presidencia de Bolivia.
Hay 700.000 menores trabajando en Bolivia
Según estimaciones de la Defensoría del Pueblo, al finalizar 2023, al menos 700.000 menores de edad estaban activos laboralmente en todo el país.
Cochabamba
Cochabamba es el tercer departamento con mayor cantidad de menores de edad trabajadores. Se estima que más de 110.000 ejercen alguna labor en la región.
Historias
Damiana tiene cinco hijos que cría sola desde que su pareja los abandonó y se dedica al comercio ambulante para mantener a su familia.
Anahí, con nueve años es la hermana mayor y trabaja junto a su mamá en las plazas y calles de Cochabamba. Como muchos niños trabajadores, su motivación es ayudar a la economía de su hogar.
Su madre habló por ella y deseo que sus hijos estudien y logren ser ingenieros o policías . “No quiero que se queden (sin estudiar)como yo, tienen que mejorar, tienen que estudiar lo que ellos quieran; les apoyaré hasta donde pueda”, dijo.
Bolivia es el único país que ha legalizado el trabajo infantil a partir de los 10 años. Esta política ha sido criticada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Unicef y Human Rights Watch, que la consideran una violación a las normas internacionales.