Reparan instrumentos dañados con el arte de la lutería en una “clínica musical”
Desde hace más de tres décadas, la “Clínica de Instrumentos” de Víctor Alarcón Rivadeneira, en Cochabamba, se convirtió en un lugar de confianza para músicos de todo el país que buscan “internar” y “curar” sus instrumentos dañados. Junto a su esposa, quien aprendió y domina el arte de la lutería, destacan la importancia del cuidado y el mantenimiento continuo.
Víctor, un músico de amplia trayectoria cuyo instrumento favorito es el oboe, siguió los pasos de su padre, militar y músico. “Él me dio las pautas para comenzar, desde casi los ocho años, y diferentes maestros y maestras me dieron toda la enseñanza necesaria para ser músico”, recordó.
Antes de fundar la “clínica”, viajó a diferentes países donde se formó, durante 11 años, en el arte de la lutería, que es la reparación y mantenimiento de instrumentos musicales. “Vi la necesidad en Bolivia y decidí especializarme en la reparación de instrumentos en general”, comentó.
El maestro lutier trabajó en la Orquesta Sinfónica Nacional y comenzó arreglando instrumentos para sus colegas. También fue profesor en el Instituto Eduardo Laredo, Man Césped y primer oboísta de la orquesta sinfónica nacional y de Cochabamba.
Con el apoyo de su esposa, Delia Callejas, abrió su clínica de instrumentos musicales Santa Cecilia. “Ella no sabía nada al principio, pero le enseñé todo”, contó. Ahora, es considerada la única mujer lutier en el país. Repara y renueva instrumentos de agrupaciones reconocidas, aficionados y profesionales, desde hace 25 años.
Cuando los clientes llegan, primero, se realiza una evaluación profesional del instrumento “enfermo”. “Siempre asesoramos y colaboramos con los clientes porque muchos no conocen qué pasa con su instrumento”, explicó Alarcón. Posteriormente, se determina el costo y el tiempo para la reparación. Se demora entre tres días a más de un mes, según la complejidad.
El trabajo en la clínica es una combinación de técnicas manuales y el uso de maquinaria. “La limpieza se hace a mano, pero usamos tornos, motores, pulidoras y otras herramientas para la reparación”, detalló. Además, mencionó que los repuestos son importados.
Cada instrumento tiene sus complicaciones, algunos llegan incluso abollados. “Mucho depende del trato que le dé el ejecutante. Por ejemplo, hemos reparado una trompeta pisada por un auto y un saxofón destruido. Ahí es donde demostramos nuestra capacidad”, relató.
Observó que muchos no tienen el hábito de cuidar los instrumentos o de limpiarlos regularmente. “Queremos seguir avanzando y reparando instrumentos para que los músicos aprendan a cuidarlos bien”, subrayó. Al “dar de alta” a los instrumentos, recomiendan a los clientes realizar un mantenimiento cada tres o cuatro meses, mínimamente.
Esta pareja convirtió el arte de la lutería en una pasión y profesión. Reparan instrumentos de viento, percusión, electrónicos, pianos, cuerda, entre otros.
Cuidar el instrumento
El maestro lutier (“luthier” en francés) enfatizó la importancia de cuidar adecuadamente los instrumentos para evitar su deterioro. “El músico que no cuida su instrumento puede terminar destruyéndolo sin darse cuenta”, advirtió. Recomienda un mantenimiento trimestral.
Impacto en la salud
Un aspecto a menudo subestimado es el impacto de un instrumento en malas condiciones en la salud del músico, subrayó. Por lo que instó a realizar la limpieza de cada joya musical. Ref. 79791940