Trump v Clinton: las elecciones en EEUU parecen ser una batalla de los sexo
Edward Luce
Se terminó todo excepto el conteo de delegados. El martes por la noche (de la semana pasada), Hillary Clinton se convirtió en la primera mujer en ser la presunta candidata presidencial en la historia de Estados Unidos. Donald Trump, en el primer probable candidato que no haya ocupado cargos electivos desde Dwight Eisenhower en 1952.
Otros candidatos, especialmente Ted Cruz (quien ganó en su estado natal de Texas, así como en Oklahoma y Alaska) no concuerdan con que la contienda ha terminado. Sin embargo, es difícil imaginar un resultado más perfecto para Trump. Ganó siete de los 11 estados, pero perdió sólo lo suficiente para garantizar que el resto de los contendientes continúen en la carrera. Con ello se asegura de que el voto "anti Trump" permanecerá dividido. Además, lleva la ventaja en las encuestas de cada uno de los cinco estados donde el ganador se lleva todos los delegados que tendrán lugar el 15 de marzo, incluyendo el estado natal del Marco Rubio, Florida, y el estado natal de John Kasich, Ohio. Las predicciones son inciertas en estos días. Pero se podría decir de manera informal que la elección general de Estados Unidos comenzó el supermartes por la noche. Los dos ganadores sin duda actuaron como si hubiera comenzado. Después de haber felicitado a Bernie Sanders por haber ganado en su estado natal de Vermont, Clinton cambió su discurso para atacar a Trump. "Las apuestas en estas elecciones nunca han sido mayores y la retórica en el otro lado nunca ha sido peor", dijo.
Trump se concentró un poco más sobre sus rivales, descartando a Rubio como un "ligero" con su entusiasmo habitual, antes de dirigir su desprecio hacia Clinton. Juzgando por sus palabras, la retórica de Clinton buscará "romper las barreras", mientras que Trump se enfocará en "la construcción de muros". Clinton se orientará en "la integridad de Estados Unidos", mientras que el Trump hará "que Estados Unidos sea grande otra vez". Por extraño que parezca, para una carrera entre dos abuelos casi septuagenarios, la contienda promete ser inusualmente desagradable. Trump ha dejado claro que la vida matrimonial de Clinton es juego justo. El supermartes por la noche también la describió como una terrible secretaria de Estado. "Estados Unidos se está yendo al infierno y Clinton no se ha dado cuenta", dijo.
Esto en cuanto a la invectiva. También hay señales de dónde se realizará el corazón de la batalla. Por primera vez, Trump habló de la "olvidada clase media de Estados Unidos" y cuestionó dónde Clinton había estado en los últimos 12 años, mientras que los salarios se estancaron. En todo caso, Trump sonó aún más anticorporativo que Clinton. Ciertamente fue más dramático. Prometió que las empresas estadounidenses ya no podrán estafar a los contribuyentes al producir en el extranjero. Apple estaría obligado a trasladar la fabricación de iPhone de China a Estados Unidos. Después de sólo 30 minutos en la Oficina Oval Trump sería capaz de solucionar los problemas comerciales de Estados Unidos. También sería el "mejor presidente para la creación de empleos que Dios ha creado". A pesar de que reiteró su promesa de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México ("tenemos todos los materiales; podemos hacer un muro maravilloso") su enfoque fue inusualmente económico. En muchos aspectos, fue más de izquierda que Clinton. Sin duda fue mucho más duro. "Sé que suena extraño, pero necesitamos más amor y bondad", dijo Clinton.
En las próximas dos semanas, el establecimiento republicano hará un último esfuerzo por encontrar a cualquiera menos a Trump. Su búsqueda parece condenada al fracaso. El único candidato que ha demostrado que puede superar a Trump es Ted Cruz, que ha ganado cuatro de los 15 estados que han votado hasta el momento. Pero por lo menos la mitad del establecimiento republicano teme y aborrece a Cruz más que a Trump. Por otra parte, el concurso ahora se mueve más allá del Cinturón de la Biblia a un terreno mucho menos generoso para Cruz. Rubio, quien es la única otra alternativa, ha ganado un solo estado hasta ahora (Minnesota) y parece que va a perder en Florida. Sus esperanzas se desvanecen rápidamente.
El martes por la noche, los contornos de las elecciones de 2016 comenzaron a venir a la vista. Por una parte, será una batalla convencional para ganar los corazones y las mentes de la exprimida clase media de Estados Unidos. Sin embargo, también romperá precedentes. Será la primera elección en la que un candidato afirma que le pagó al otro para que asistiera a su boda (Trump se casó con su tercera esposa, Melania, en 2005 y los Clinton estuvieron invitados). También será la primera entre un hombre y una mujer. Por desgracia, será poco probable elevar el tono. "Si Hillary no puede satisfacer a su marido, ¿cómo puede satisfacer a Estados Unidos?" ha cuestionado Trump. Además de todo lo demás, en 2016 habrá una batalla de los sexos.