Sectores ven leve impacto del Bono Contra el Hambre en la reactivación
La inyección de más de 550 millones de dólares, a través del pago del Bono Contra el Hambre a más de 3,8 millones de personas, no representa un gran impacto en la reactivación económica, dado que los recursos fueron destinados básicamente a la adquisición de productos esenciales como alimentos y medicinas.
Aunque el Gobierno nacional destacó que el bono empezó a reactivar la demanda interna, el sector industrial, comercial y manufacturero observan que el beneficio dinamizó la demanda, pero aún resta reactivar la oferta, es decir, la producción.
Según el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazicevic, el bono, desde el punto de vista de la demanda, coadyuva a paliar los efectos generados por la contracción de los ingresos de las familias, pero sus efectos sobre la recuperación de la industria son relativos.
“Las familias destinan una mayor proporción del bono a adquirir productos esenciales (alimentos, bebidas, productos farmacéuticos, etc.) importados por vía legal y por vía del contrabando”, dijo.
El aumento de la demanda de mencionados productos tampoco es buena noticia para el sector industrial, puesto que en 2020 las importaciones aumentaron en 4 por ciento y el contrabando superó los 2.300 millones de dólares, mientras que la industria nacional tuvo una caída del 10 por ciento en su PIB.
“El sector industrial considera que las políticas de bonos, para reactivar la oferta del aparato productivo nacional, deben llevarse adelante a través de herramientas específicas como la billetera móvil que permite a la población adquirir productos Hecho en Bolivia”, precisó.
Para el gerente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Gustavo Jáuregui, la inyección de recursos a través del bono motivó la demanda, pero esto no se ve reflejado en la reactivación económica, puesto que es necesario también dinamizar la oferta por medio de la inyección de liquidez.
Jáuregui afirma que la única medida tomada por el Gobierno que busca reactivar la oferta es la creación de fideicomisos para la otorgación de créditos al sector productivo al 0,5 por ciento de interés para sustitución de importaciones; sin embargo, afirma que esta medida tiene restricciones al estar dirigida únicamente al sector industrial.
“No pueden acceder a estos (créditos) los diferentes sectores como comercio y servicios o el turismo que es uno de los más golpeados. Entonces, definitivamente, las medidas todavía siguen siendo insuficientes”, dijo.
Por su parte, el presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (Conamype), Aguistín Mamani, informó que, producto del cierre de unidades productivas a consecuencia de la pandemia, este sector dejó de generar al menos 3 millones de empleos, por lo que el bono fue beneficioso para las personas que quedaron sin trabajo.
Sin embargo, afirmó que los recursos inyectados no permitieron reactivar el aparato productivo, dado que la mayoría de los beneficiarios utilizaron los recursos para la compra de alimentos o medicinas.
“Un desempleado en estos momentos no puede darse el lujo de comprar un producto como una ropa de vestir, un mueble o hacer arreglar su casa, entonces es muy difícil la reactivación”, agregó.
BONO REACTIVÓ LA DEMANDA INTERNA
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, afirmó que la inyección de recursos a través del Bono Contra el Hambre empezó a reactivar la demanda interna con el aumento de las ventas de restaurantes, supermercados, transporte y otros.
Entre noviembre y diciembre de 2020, las ventas de supermercados se incrementaron de 365,4 millones de bolivianos a 491,5 millones. En los restaurantes, de 266,7 millones a 310,4 millones. La facturación de hoteles subió de 39,8 millones a 55,1 millones, mientras que las ventas del transporte aéreo subieron de 129,5 millones a Bs 133,1 millones.
REACTIVACIÓN DE LA OFERTA REQUIERE LA INYECCIÓN DE $US 4 MIL MILLONES
JOSUÉ HINOJOSA
El gerente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Gustavo Jáuregui, considera que la reactivación de la oferta (producción) en el país requiere de la inyección de recursos equivalentes 4 mil millones de dólares, un equivalente al 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Según él, la inyección de liquidez permitirá mejorar la producción de las empresas y, en consecuencia, los ingresos del Estado por la generación de mayores impuestos.
Sin embargo, Jáuregui afirma que la inyección de recursos debe estar destinada a todos los sectores productivos, incluyendo el comercio, servicios y turismo, ya que éstos también generan empleo y pagan impuestos.
El ejecutivo de la CNC considera necesario que el Estado inyecte al menos 4 mil millones de dólares y que, además, sea garante del sector empresarial para entregar los recursos a través de créditos con el sistema financiero.
Agregó que la reactivación de la oferta del sector productivo permitirá recuperar las recaudaciones impositivas que, en la gestión 2020, disminuyeron aproximadamente 30 por ciento a raíz de la pandemia del coronavirus.
“Lo que se requiere es justamente darle mayor dinámica al sector empresarial privado, que es el motor de la economía y, a partir de eso, se va a ir generando una reactivación económica”, dijo.