Analistas: Las quejas del Gobierno contra calificadoras “no sirven”
Los analistas económicos Alberto Bonadona y Enrique Herrera indicaron que las quejas del Gobierno “no tienen ningún efecto” contra las calificadoras Standard & Poor’s (S&P), Fitch Ratings y Moody’s por recalificar a Bolivia y advertir una situación sensible en su economía.
El 14 de marzo, la internacional Fitch Ratings bajó las calificaciones de incumplimiento de emisor (IDR) de largo plazo en moneda extranjera y moneda local de Bolivia de B a B- y revisó la perspectiva de la calificación de Estable a Negativa.
Un día después, la calificadora Standard & Poor’s (S&P) mantuvo la calificación de riesgo de Bolivia en B, pero advirtió perspectivas negativas que podrían amenazar a la salud del sistema financiero.
El viernes pasado, Moody’s disminuyó la calificación de la economía del país como emisor de deuda de B2 a Caa1, debido a factores como una gobernabilidad “muy débil” y una defensa “insostenible” del tipo de cambio.
El Gobierno rechazó las calificaciones de las firmas internacionales y aseguró que la economía boliviana goza de buena salud.
El experto en economía Enrique Herrera dijo que, desde el punto de vista de la comunidad internacional, las “quejas del Gobierno no tienen ningún efecto”.
“Bolivia es un país pequeño cuya economía equivale a las ventas de una de las grandes de bolsas de Nueva York. El veredicto ya está dado. El Gobierno puede renegar, pero no va a tener ningún efecto”, explicó.
Además, la única forma de invertir el puntaje de las calificaciones es revertir las políticas que están debilitando la economía como la subvención a los hidrocarburos hasta el déficit fiscal. “Si no empiezan a revertirse esas políticas, no hay manera de que las calificadoras remonten sus calificaciones de Bolivia”.
El economista Alberto Bonadona, por su parte, explicó que un país como el nuestro “no tiene gran peso” a nivel de otras economías; por ello, el Gobierno no puede tener una especie de “paranoia” y pensar que todo el mundo nos está observando.
“Si fuéramos Francia o Inglaterra, tal vez pesara algo, pero un país como el nuestro no tiene gran peso. Nadie está observando a Bolivia todo el rato. No puede haber una especie de paranoia (para decir) que todo el mundo nos observa. Nuestro peso en el contexto internacional, como producto interno bruto, como deuda externa, es mínimo”, argumentó Bonadona.