Especialistas y empresarios: El modelo económico del MAS dejó de ser sostenible
Suman las voces que afirman que el modelo económico del Movimiento Al Socialismo (MAS) dejó de ser sostenible y ha conducido al país a una incertidumbre económica cuyo desenlace podría ser catastrófico. La causa principal: el fin de los ingresos por la venta del gas.
Ayer, en un foro organizado por la Fundación Tierra para abordar los “límites del extractivismo”, el director de la Fundación Solón, Pablo Solón, señaló que el modelo económico del MAS “hizo aguas” y dejó de ser sostenible desde 2015, cuando comenzaron a caer las exportaciones de hidrocarburos.
“Este nuevo escenario obviamente plantea el fin de la agenda del gas de octubre. La visión que tuvimos fracasó hace tiempo y no nos dimos cuenta, y ahora tenemos un aterrizaje forzoso con peligro de catástrofe”, manifestó Solón en el foro.
En el mismo encuentro, el investigador en Energía e Hidrocarburos en Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, concluyó: “Si no cambiamos el modelo de desarrollo vigente en el país, vamos a seguir reproduciendo lo mismo, sea con gas, con litio o con lo que sea”.
Discusiones
El Modelo Económico Sociocomunitario Productivo fue impulsado por el ahora presidente Luis Arce al menos desde sus tiempos de ministro de Economía, bajo el mando de Evo Morales. El mismo se basa, en términos simples, en producir riqueza con el extractivismo (del gas) y redistribuirla desde el Estado hacia la población, y generar mayor riqueza con el Estado como actor principal.
El pasado fin de semana, la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco) calificó a dicho modelo de “caduco”. El Gobierno respondió que, si no fuera por su modelo (que subvenciona el combustible para las industrias), el sector privado cruceño no tendría la productividad ni competitividad que tiene.
El gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, dijo que el modelo necesita reformularse y contar con el apoyo de los privados para ser sostenible en el tiempo. Incluso señaló que el sector privado podría absorver cierto número de empleados públicos que generan un alto gasto, o hacerse cargo de la construcción de infraestructura pública de ser necesario. Todo sea con tal de evitar más años seguidos de déficit fiscal y pérdida de Reservas Internacionales Netas (RIN), cuyo estado no se conoce, pero se estima que están agotadas.
“El gas se hizo gas”
La causa del fin del modelo del MAS es que el gas se acaba y sus ingresos también. Solón recordó que, en 2006, las exportaciones totales llegaron a 4.153 millones de dólares, de los cuales el 48 por ciento correspondía a las ventas de gas. Para 2022, las exportaciones totales sumaron un récord de 13.656 millones, pero las ventas de gas sólo representaban el 22 por ciento.
Un dato curioso: las exportaciones de oro pasaron de representar el 3 por ciento de las exportaciones totales en 2006 a un 22 por ciento en 2022, igualando al gas.
El país pasó de producir alrededor de 60 millones de metros cúbicos de gas al día (MMm3d) a 38 MMm3d a febrero de 2023, apuntó Velásquez.
Este panorama condujo a pasar de tener un superávit energético de 5.409 millones de dólares (diferencia de gas exportado con el combustible importado) a un déficit de 1.400 millones para 2022.
Hoy en día, el país se encuentra con cada vez menos dólares, y con el sector del comercio exterior perjudicado por esta situación, con importaciones que se hacen más caras, y exportadores que pierden competitividad.
Solón apuntó que en los últimos 16 años en el país ha imperado un extractivismo populista, que no se caracteriza por pensar en el bienestar económico, sino más bien, en la captación del poder durante el tiempo.
Subsidio subió en 704% en 6 años
El subsidio a los combustibles se incrementó en 704 por ciento en los últimos seis años, indicó el investigador Pablo Solón. Pasó de 204 millones de dólares en 2016, a 1.713 millones en 2022.
Esta explosión de recursos requeridos para mantener el precio de los combustibles estático ha generado, entre otras cosas, como el contrabando, un aumento del parque automotor de 206 por ciento. En 2004 se tenía 492.893 carros, para 2021 se alcanzaron 2.226.662.
Los combustibles que se importan a 9,8 bolivianos por litro se venden en territorio nacional a 3,74 bolivianos (gasolina) y 3,72 bolivianos (diésel).
“Tenemos una subvención ciega. Por ello es necesario refocalizarla cuidando a vulnerables”, dijo Velásquez.