Analistas recomiendan al Gobierno realizar al menos tres ajustes a su política económica
Desde 2014, Bolivia experimenta una desaceleración en el crecimiento de su economía debido, principalmente, a la caída del volumen y valor de sus exportaciones de gas, lo cual ha sido contrarrestado por el Gobierno con un mayor endeudamiento y esto puede generar una inestabilidad macroeconómica, afirmaron analistas, quienes recomiendan hacer al menos tres ajustes a la política económica.
El mayor crecimiento se registró en 2013. Ese año, la economía logró crece en 6,8 por ciento y a su vez marcó el fin de la bonanza económica del país; porque después vino una desaceleración que se mantuvo hasta le fecha.
El presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero, sostiene que el crecimiento en estos 10 años no ha sido homogéneo y se ha basado en la exportación de materias primas, principalmente hidrocarburos y minerales, y apenas un 25 por ciento son exportaciones no tradicionales, lo cual muestra que no se ha logrado el proceso de industrialización ni sustitución de importaciones.
“El crecimiento ha sido claramente un reflejo de lo que han sido los precios internacionales y los volúmenes de exportación de las materias primas. A partir de 2014, el país ha ingresado en una franca desaceleración hasta llegar a una contracción o recesión económica”, señala.
El experto considera que el país se encuentra en una crisis económica moderada y aún controlable, pese a que el Gobierno ha aplicado políticas económicas no convencionales, como el uso de los Derechos Especiales de Giro (DEG) por un valor superior a los 500 millones de dólares y la monetización de 17 toneladas de las reservas oro para financiar el gasto público.
Para el analista de la Fundación Jubileo René Martínez, la desaceleración económica en la que se encuentra el país es el resultado del modelo que se viene aplicando desde hace más de 14 años y que no está dando resultados.
El sector de hidrocarburos, que ha sido el puntal de la economía, está en una crisis por la caída de la producción. “Los precios no son el problema, sino los volúmenes de producción y exportación; en general, los diferentes sectores de la economía han estado registrando un menor crecimiento, ésa es la desaceleración de la economía”, explica.
Enfatiza que el actual Modelo Económico Social Comunitario Productivo está agotado y no ha funcionado, por eso el crecimiento de la economía es cada vez menor y eso se ve reflejado en las proyecciones de organismos internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Cepal.
Martínez sostiene que la economía boliviana está pasando por una situación muy frágil que puede desembocar en una estabilidad macroeconómica compleja, por ello considera urgente que el Gobierno reformule sus políticas.
“No vemos que el Gobierno esté haciendo algo. La deuda es demasiado alta, nos están llevado a una situación muy compleja. Aquí se requiere un ajuste en las políticas económicas a partir de un sinceramiento de lo que ha funcionado y de lo que no ha funcionado”, dice.
Tres ajustes
En la misma línea, Romero plantea hacer ajustes en el gasto público, porque esto se ve reflejado en un déficit continuo desde 2014. También propone liberar las exportaciones para generar ingresos fiscales a través de impuestos.
A juicio de Martínez, también se debe reformular las pesadas regulaciones tributarias y laborales que generan presión sobre el productor formal y descongelar el tipo de cambio de la divisa.