Gobierno reporta déficit fiscal de casi 11% en 2023, el más alto de la gestión de Arce
El ministro de Economía, Marcelo Montenegro, informó ayer que el país cerró 2023 con un déficit fiscal cercano al 11%, que sería el más alto en el gobierno de Luis Arce, según datos oficiales. No mencionó el monto preciso y anunció que será hecho público a través de la plataforma digital del ministerio.
“No es como están señalando, que es más del 12%; nosotros decimos que es incluso menos del 11%. Entonces las cifras van a ser subidas al portal del Ministerio de Economía y verificarán que es como les estamos señalando”, declaró Montenegro en conferencia de prensa.
Un déficit fiscal cercano al 11% implicaría que el Estado gastó poco más de 5 mil millones de dólares por encima de los ingresos percibidos.
Con ello, se confirma que el país lleva 10 años de déficit fiscal continuos. El más alto (12,7%) se dio durante el gobierno de Jeanine Áñez y el primer año de pandemia del coronavirus. Con Arce como presidente del
Estado, el déficit público bajó a 9,3% en 2021, y a 7,1% en 2022; sin embargo, el año pasado creció hasta casi un 11%.
El Gobierno calculó en el PGE 2023 que el déficit estaría en torno al 7,5% (unos 3.411 millones de dólares), lo que significa que se superó la cifra con alrededor de 1.600 millones.
Para este año la proyección del déficit fiscal es de 7,8%, según el PGE 2024.
El economista Germán Molina manifestó que éste es el déficit más alto del Gobierno del MAS y que el financiamiento fue con base en la adquisición de deuda pública.
“Esto genera un cambio de expectativas porque en los próximos años no se tiene certeza de que los ingresos del sector público se elevarán, sino todo lo contrario. Esto se financiaría con emisión inorgánica y aumento de las tasas de inflación”, apuntó Molina.
En su opinión, el déficit fiscal debe ser contenido a través del Presupuesto General del Estado (PGE) 2025. “Debe frenarse y debe haber un principio de austeridad fiscal. Se debe comenzar ya en 2024 y seguir en 2025; caso contrario, se pone aún más en riesgo la economía”, declaró.
Montenegro aseguró que la inflación de Bolivia es una de las más bajas de la región, que si bien los precios aumentan es a un ritmo mucho menor que el de otros países vecinos, llegando a un acumulado de 1,95% a mayo de este año.
Asimismo, desestimó que exista emisión inorgánica, al señalar que “las variaciones de los agregados monetarios van en consonancia con el crecimiento de la actividad económica”.
El economista Hugo Balderrama consideró que la caída de los continuos déficit fiscales y la caída de las reservas internacionales (RIN) reflejan “un modelo que está sostenido en el gasto, gastar por gastar. El tema es que eso en algún momento nos pasará factura. Todo gasto del Estado es sacar recursos del sector privado”.
Balderrama añadió que el déficit fiscal es uno de los problemas estructurales de la economía nacional. “Eso no le interesa al Gobierno porque con eso mantiene prebendas, funcionarios públicos y empresas que se benefician del Gobierno por sus adjudicaciones”.