Juan Martínez, jefe del Senasag: Cochabamba apunta a reactivar la producción avicultora y exportar
Con el lema “Cochabamba avicultora”, los productores del rubro de la región buscan reactivar el sector y soñar con la exportación, impulsados por la demanda creciente en países vecinos como Chile y Perú. Según informó Juan Martínez Lima, jefe departamental del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) en Cochabamba, ya se ha constatado que en Cusco, Perú, el “pollo qhochalo” está siendo consumido con entusiasmo, lo que revela una demanda significativa.
“Lo que interesa ahora es que hay un solo sueño entre todos los productores: el Pacto de Unidad. Este documento, firmado por empresarios grandes y pequeños, marca un hito histórico para nuestra industria avicultora”, afirmó Martínez Lima. Este pacto simboliza la unión y el compromiso de todos los involucrados para impulsar la calidad y el crecimiento del sector en Cochabamba.
La carne de pollo cochabambina, reconocida por su sabor superior, se presenta como un producto competitivo en el mercado internacional. “Competir con calidad es nuestro objetivo principal”, añadió Martínez Lima.
Además de Perú, otro mercado potencial es Chile, donde ya se han identificado oportunidades. Con el objetivo de formalizar y asegurar las condiciones sanitarias necesarias para la exportación, el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras va enviar una nota oficial al municipio peruano.
Si logramos cumplir con las exigencias sanitarias de estos mercados, podremos comenzar a exportar y consolidar a Cochabamba como una potencia avicultora en la región”, afirma entusiasta Martínez Lima en una charla con Los Tiempos.
—¿Qué porcentaje de la producción avicultora nacional representaba Cochabamba hace 20 años y cuál es el porcentaje actual?
—Hace unos 20 años, Cochabamba representaba aproximadamente el 80% de la producción avicultora nacional. Era un mercado muy importante. Sin embargo, en la actualidad, esa cifra ha disminuido drásticamente y ahora estamos produciendo alrededor del 20%. Aunque hay picos en regiones como La Paz y Chuquisaca, son porcentajes mínimos. Cochabamba ha quedado rezagada en un 20% de la producción avícola, y esto es una preocupación tanto a nivel departamental como nacional. Por eso, es necesario reactivar la producción de manera organizada, involucrando tanto a grandes como a pequeños productores.
—¿Cuáles son los principales retos para reactivar la producción avícola en Cochabamba?
—Actualmente, estamos operando a un 50% de nuestra capacidad instalada, el resto es capacidad ociosa. Nuestro reto es reactivar esta capacidad.
Hay factores de producción que debemos considerar y ver cómo podemos aliarnos con la naturaleza, por ejemplo, el uso del agua y la producción de maíz.
En la Primera Cumbre Avícola, que se realizará el 24 de julio, debatiremos estos factores en cinco pilares: investigación aplicada, economía avícola, legal productivo, cambio climático y agua. Aunque inicialmente queríamos tocar cinco pilares, los productores prefirieron dejar de lado el tema financiero por ahora.
—¿Cuáles son las razones principales para la caída de la producción en Cochabamba?
—Hay varias razones. Primero, la tecnología. Santa Cruz ha implementado tecnología de punta, lo mejor en genética y condiciones ambientales que permiten un crecimiento más rápido del pollo. Además, la provisión de materia prima, como el maíz, es más accesible en Santa Cruz. Aquí en Cochabamba, las granjas están dispersas y tenemos dificultades en la provisión de maíz y alimento, lo que retrasa el crecimiento del pollo debido a nuestras condiciones climáticas más templadas y húmedas. Además, la organización es un problema, ya que aquí cada productor trabaja por su cuenta.
—¿Cómo planean abordar estos desafíos en la cumbre avicultora?
—Hemos firmado acuerdos importantes para enfrentar estos desafíos. Vamos a debatir y analizar estos cinco pilares con los mismos productores en mesas de trabajo. Es un proceso democrático que puede generar algunas tensiones, pero es necesario para llegar a consensos y tomar acciones voluntarias organizadas. Nuestro lema es “Todos por Cochabamba avicultora” y aspiramos a reactivar la producción y soñar con la exportación, ya que hay demandas de mercados como Chile y Perú.
—Hablando de exportación, ¿qué mercados tienen en mente y qué condiciones se necesitan?
—El primer mercado en nuestra mira es Perú, específicamente Cusco, donde ya se vende pollo boliviano. También estamos considerando Chile. Sin embargo, nuestro primer objetivo es cubrir el mercado local, como La Paz, donde el pollo cochabambino es muy valorado.
Hemos enviado notas oficiales al municipio de Cusco para conocer las condiciones sanitarias que exigen. Si logramos cumplir con estos requisitos, podríamos empezar exportando a municipios específicos inicialmente.
—¿Cuánto tiempo estima que tomará la recuperación de la avicultura en Cochabamba?
—Estimamos que la recuperación tomará entre dos a tres años. Liberar la región del problema de Newcastle, que es un requisito para la exportación, podría tardar aproximadamente un año en algunas áreas. Las gestiones internacionales también tomarán tiempo. Sin embargo, si tomamos acciones inmediatas después de la cumbre y trabajamos unidos como un equipo, podríamos consolidar la producción en ese plazo.
—¿Cómo están involucrando a todos los actores en esta reactivación?
—Hemos firmado un Pacto de Unidad que incluye a todos los productores, grandes y pequeños, así como a instituciones como la Universidad Mayor San Simón y el Colegio de Veterinarios especializados en avicultura. Este pacto asegura que todos los eslabones de la cadena productiva, desde la incubadora hasta el matadero, mantengan un nivel óptimo de calidad. Todos estamos comprometidos con este esfuerzo colectivo.
—¿Cuál es la importancia de la calidad en esta reactivación?
—Cochabamba tiene una ventaja competitiva en las características organolépticas de su pollo: la calidad, la consistencia, el color y el sabor. Queremos competir en el mercado no sólo por cantidad sino por calidad. La consistencia del huevo y el sabor del pollo cochabambino son muy valorados. Incluso un embajador argentino destacó que nuestro pollo tiene un sabor más auténtico comparado con otros que han sido producidos con transgénicos y sustancias adicionales.
—Finalmente, ¿qué mensaje le gustaría dejar a los productores y a la población en general?
—Es crucial que trabajemos unidos, sin divisiones ni envidias. Tenemos un gran reto por delante, pero con la colaboración de todos podemos garantizar un futuro mejor para nuestras generaciones en la región. La unidad y la calidad son nuestras principales herramientas para recuperar y fortalecer la producción avícola en Cochabamba. Trabajemos juntos por una Cochabamba avícola más fuerte y próspera.