Gobernación de Cochabamba apuesta a la minería para incrementar ingresos
“Me animo a decir que de aquí para adelante el sostén económico de Cochabamba va a ser el sector minero”, afirma el secretario de Minería e Hidrocarburos de la Gobernación, Eleuterio Galindo. Sin embargo, Javier Bellott, expresidente de la Cámara Departamental de Minería, advierte que esto será complicado debido a las restricciones impuestas por la Ley de Minería y Metalurgia.
La caída gradual de las regalías por la explotación de hidrocarburos —principal fuente de ingresos para la Gobernación y los municipios productores— y la evolución positiva de las correspondientes a la minería le da la razón al secretario de Minería.
“Cochabamba ya es un departamento minero. Esto nos ayuda a paliar un poco la baja de recursos por la caída de las regalías hidrocarburíferas, para nosotros es como una compensación de recursos”, decía Galindo en diciembre del año pasado al constatar que el oro desplazó al gas del primer lugar y se convirtió en producto de exportación y generador de regalías para Cochabamba.
En efecto, el año pasado las regalías mineras superaron los Bs 73 millones, mientras que la renta petrolera fue de Bs 37,4 millones.
Más de dos tercios, el 70%, de las regalías mineras de Cochabamba durante 2023 resultaron de la explotación del oro, el resto, de minerales metálicos y no metálicos.
Este año, la importancia del oro en las regalías mineras se verá reducida como efecto de la vigencia de la Ley de Compra de Oro Destinado al Fortalecimiento de las Reservas Internacionales que las reduce en 40%.
Así, por un peso de oro similar al exportado el año 2023, el departamento de Cochabamba recibirá este año solo 40 millones de bolivianos.
No solo oro
La minería cochabambina es diversa y ha sido muy activa desde hace décadas en la explotación de plomo, plata, zinc wólfram y otros minerales metálicos y no metálicos. Y la extracción de minerales ha sido la única de los cuatro principales sectores exportadores que ha crecido en el primer cuatrimestre de este año, respecto del mismo periodo de 2023.
Ese buen resultado de la minería local se debe a la política de fomento al sector implementada por la Gobernación desde 2021, que tiene que ver con el “apoyo a los actores productivos mineros en asistencia técnica, capacitación sobre cómo extraer y explotar el mineral de manera óptima, seguridad industrial, cómo recuperar el mineral y otros temas”, explica Galindo.
Ese apoyo, además de recursos tecnológicos de los que se ha dotado la Secretaría de Minería ha permitido identificar yacimientos de “tierras raras en el sector de Independencia” o “uno prometedor de cobre en Tacopaya. Es un yacimiento grande y está en una zona de transición, donde, después del cobre, más abajo hay plomo, plata, zinc. Ya está en explotación, tiene toda la documentación que el anterior mes hemos entregado”, afirma.
Dificultades
“La Gobernación tiene buenas intenciones y tiene interés en hacer algo (para impulsar la minería en Cochabamba), pero sus limitaciones son claras porque la normativa no le permitiría ir más allá”, dice Javier Bellot, empresario minero desde hace casi tres décadas.
Para Bellott, “la nueva ley minera, en vez de estimular, en vez de facilitar el acceso de las iniciativas privadas al rubro, definitivamente genera demasiadas trabas. Un trámite de contrato minero, aún con áreas ya consolidadas o preconstituidas, lleva tres años, cuatro años. Y lo peor es que ni siquiera se hacen autorizaciones previas al sector privado. Entonces, en esas condiciones, así haya buenas intenciones de parte de la Gobernación, no se está pudiendo dar impulso en las actividades de empresas mineras privadas”.
Actores productivos
Los empresarios privados, el Estado y las cooperativas son, de acuerdo con la Constitución, los “actores productivos del sector minero boliviano”.
“Nosotros, los empresarios nos adecuamos a las realidades y además a los comportamientos que tiene el país y siempre vamos a estar apegados a lo que dice la ley; pero hay un enjambre de normas que impiden nuestra actividad. Por ejemplo, entre los requisitos que le piden para que tramitar una licencia ambiental (imprescindible para la explotación minera), exigen que el municipio emita la resolución de cambio de uso de suelo. Y hay municipios que no tienen siquiera su Departamento de Planificación y mucho menos su Departamento de Medio Ambiente. Entonces, ¿quién va a hacer ese certificado de cambio de uso de suelo?”, refiere Bellott.
El empresario estima que “no hay una estrategia nacional para impulsar la actividad minera en todos sus ámbitos. Bolivia tiene en potencial que en este momento no pueden ser eficientemente explotado porque la ley del sector (promulgada en 2014) no está acorde con la realidad actual”.
“Nuestra cultura minera viene desde la colonia”
Entre los cambios aplicados por la Gobernación en su política minera una de las primeras medidas ha sido “mejorar los controles en la explotación de nuestros recursos naturales. Considero que ya hemos logrado controlar 90% de la actividad minera, más que eso ya no se puede hacer”, dice el secretario de Minería, Eleuterio Galindo.
“Nuestra cultura minera viene desde la época de la colonia. Los comunarios dicen: esto es de nosotros y explotan las riquezas naturales sin más, por ejemplo, en Cocapata, antes de que nazcan las cooperativas, los campesinos de ahí ya sacaban oro, incluso traían a vender a la ciudad. Ahora, ¿qué es lo que nos corresponde hacer desde la Gobernación? socializar que los yacimientos minerales, lo mismo que los de gas (natural), son de dominio del Estado boliviano y que para explotarlos hay que cumplir con la normativa”, afirma.
El fortalecimiento de la Secretaría de Minería de Hidrocarburos de la Gobernación, en los últimos años, se refleja en el número de funcionarios con los que cuenta: cuatro en 2021 y 18 en la actualidad.