La burocracia frena a Comibol: proponen reestructuración para salvar su eficiencia
La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) se enfrenta a un desafío crítico: la necesidad de reestructurar sus procesos internos para mejorar su eficiencia y adaptarse a las nuevas realidades de la minería en el país. Aunque no se plantea una modificación estructural completa, expertos coinciden en que es imprescindible actualizar los procedimientos para optimizar la gestión y reducir la burocracia, factores que han limitado su capacidad de operación durante años.
En una entrevista con Los Tiempos, Marcelo Ballesteros, viceministro de Política Minera, Regulación y Fiscalización, destacó que, si bien Comibol cumple con sus responsabilidades, el camino hacia una mayor eficiencia requiere ajustes profundos. “Comibol tiene una estructura bastante antigua y es necesario realizar algunos cambios. No se trata de modificar su estructura, son los procesos internos que deben actualizarse para adaptarse a la realidad del país. Éste es un desafío importante, ya que cambiar todos estos procesos internos podría llevar, en un mejor momento, a una reestructuración”, afirmó Ballesteros.
Indicó que este proceso de actualización ya está en marcha con la implementación de proyectos tecnológicos clave. Un ejemplo destacado es la planta concentradora de estaño y zinc de Colquiri, que se encuentra en su fase de puesta en marcha y se espera que entre en producción a finales de este año. Otro proyecto significativo es Lucianita, en Huanuni, que, a pesar de haber enfrentado dificultades en el pasado, ya está operando y en constante optimización.
Para el viceministro Ballesteros, lo esencial es alinear los proyectos de Comibol con la realidad actual de la industria minera. “Se debe trabajar hacia una estructura más técnica y menos burocrática”, enfatizó. Con mejoras en los procesos administrativos y técnicos, se podría alcanzar una mayor eficiencia operativa que responda a las demandas de la minería moderna en Bolivia.
Un obstáculo recurrente
Por su parte, Eleuterio Galindo, secretario departamental de Minería e Hidrocarburos de Cochabamba, subrayó los problemas estructurales y de gestión que persisten en Comibol, especialmente en lo que refiere a su presencia en regiones como Cochabamba. “Comibol nunca ha funcionado correctamente en Cochabamba; no tenemos presencia visible en la región”, señaló Galindo. A pesar de la existencia de un proyecto en el municipio de Independencia, la operatividad de Comibol en la zona sigue siendo marginal, afirmó.
Galindo se mostró a favor de una reestructuración administrativa de la entidad, subrayando la necesidad de reducir la burocracia en procesos clave como los contratos de arriendo minero. “Comibol arrienda áreas mineras y los operadores mineros pagan el canon de arrendamiento. Sin embargo, un trámite que debería durar un mes puede tardar muchos meses”, lamentó. Esta situación no es exclusiva de Comibol; según Galindo, la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) enfrenta problemas similares, con trámites que, aunque legalmente deberían resolverse en seis meses, pueden prolongarse hasta cinco años.
Comibol más eficiente
El consenso entre los expertos es claro: una reestructuración que priorice la eficiencia administrativa y técnica es vital para que Comibol se modernice y responda adecuadamente a los desafíos del sector minero. Las mejoras en la gestión de proyectos, la adopción de nuevas tecnologías y la reducción de la burocracia son pasos fundamentales para que la corporación pueda cumplir con su misión de impulsar el desarrollo de la minería en Bolivia.
La necesidad de transformar la gestión interna de Comibol no es sólo una cuestión de optimización operativa, sino de supervivencia en un contexto minero cada vez más exigente y competitivo. De no abordarse estos cambios, el riesgo es que la corporación siga estancada en un sistema que, a pesar de sus avances tecnológicos, sigue arrastrando las ineficiencias del pasado, dicen los expertos.