18 tipos de danzas del país convergen en Quillacollo
Más de 40.000 danzarines bailan hoy en devoción a la Virgen de Urkupiña y para muchos es la culminación de meses de ensayo, sacrificio y una importante inversión económica para la confección de los trajes y la banda. En total se presentan 18 ritmos folklóricos.
Entre los más representativos están la diablada, morenada, caporales, salay, tinkus, vallunada, chacarera, llamerada, saya afroboliviana, pujllay, tobas, suri sikuris, umajalas, wakatocoris, chapaqueada, kullawada, doctorcitos y antawara.
“Todos los ritmos que se bailan son de Bolivia y representan a las diferentes regiones del país con sus características propias”, explicó el presidente del tribunal de honor de la Asociación de Fraternidades Folklóricas Virgen de Urkupiña (Affvu) y también representante de la fraternidad Diablada San José, José Terán.
La Diablada San José cumple 10 años, por lo que utilizará trajes nuevos bordados en Oruro. La fraternidad cuenta con 142 integrantes.
Cada año las fraternidades se esmeran en lucir sus mejores trajes. Por ejemplo, la Diablada San José anunció que lucirá caretas con luces, fuegos pirotécnicos como lluvia de oro. Mientras que en los bloques mostrarán las virtudes y los siete pecados capitales y habrá otro sector exclusivo de botafuegos.
Una danzarina de la fraternidad Salay Bolivia, Flor Solares, contó que participa hace tres años en la festividad por fe y para mantener una de las danzas más típicas del país. Su fraternidad es una de las más numerosas con 400 integrantes y cuenta con filiales en todo el país y el mundo.
Dijo que su agrupación estrena cada año un nuevo traje para esta fiesta. Hoy vestirán una prenda de color coral con diseños propios.
“Nosotros bailamos por fe y devoción, no nos interesa el horario de entrada y no permito que los chicos tomen para que lleguemos al templo de San Ildefonso, hacemos nuestra demostración y pedimos de rodillas”, contó Solares.
El salay es una danza autóctona y folklórica con un ritmo de zapateo que viene de Chuquisaca, Potosí y Cochabamba con un propio estilo en cada uno, unos más movidos que otros. “Para zapatear hay que tener mucha fuerza, energía y carisma”, reconoció Solares.
Asimismo, otro de los ritmos más representativos es el pujllay. El representante del Centro Cultural Pujllay de la Escuela Superior de Administración de Empresas (ESAE), Luis Aguilar, indicó que la fraternidad baila en la festividad desde hace 17 años con un grupo que ahora alcanza a los 130 fraternos.
“El pujllay es uno de los pocos ritmos que no está sufriendo transformaciones y eso es un orgullo para nosotros”, aseveró. Indicó que lo correcto es bailar tocando instrumentos autóctonos como el machetoncoros, senqas y waras.
Hoy participan más de 50 fraternidade en la Entrada Folklórica de Urkupiña. Pero, al menos 20 han solicitado ingresar al final del programa, debido a que las agrupaciones que están inscritas en la asociación tienen prioridad en el orden de partida.
INTEGRACIÓN Y PATRIMONIO CULTURAL
La Asociación de Fraternidades Folklóricas Virgen de Urkupiña cumplirá 40 años en 2017. Se fundó el 29 de abril de 1977, cuenta con Personería Jurídica 212/97. La Ley 2536 de 1998 declara “Patrimonio Cultural de Bolivia a la Festividad Religiosa de la Virgen de Nuestra Señora de Urkupiña, que se celebra el 15 de agosto en la ciudad de Quillacollo con el objeto de preservar las tradiciones, costumbres, folklore y el espíritu religioso”.
Entre las danzas que tuvieron su origen en la Colonia están la diablada, morenada, caporales, carnavalito, la cueca chapaca y otras. Actualmente en todas las danzas de origen prehispánicos intervienen tanto hombres y mujeres. (Historia del Milagro de Urkupiña).
La convergencia de las danzas es un rasgo destacado de la festividad de Urkupiña y profundiza el sentido de integración del fenómeno religioso que reúne las danzas autóctonas y folklóricas más representativas del país.
ATUENDOS BORDADOS POR TRADICIÓN
Los danzarines que participan en la Entrada Folklórica de Urkupiña invierten tiempo y recursos en la confección de sus trajes. Muchos bordan parte de su atuendo como parte del sacrificio se ofrece a la Virgen.
Por ejemplo, en la danza del pujllay (que en castellano significa juego) el traje tiene un costo elevado a pesar de no parecerlo. Según el representante del Centro Cultural Pujllay de la Escuela Superior de Administración de Empresas (ESAE), Luis Aguilar, muchos de los fraternos dejaron de bailar porque la ropa es cara. “Dos ponchos payados (figuras zoomorfas) cuestan hasta 6.000 bolivianos y las mantas con payado 1.500 bolivianos. Directamente la gente de Tarabuco es la que teje y les lleva entre seis a ocho meses”, explicó.
Asimismo indicó que hay tres tipos de vestimenta: ñusta que es con aqsu (vestido), dos anillas, pañoleta atrás, ojota que no usa espuelas; en el caso de los varones dos trajes: el de diario donde sólo se usa abarcas, pantalón blanco, blusa negra, un poncho y calamontera; y la ropa de fiesta que tiene ojotas, polainas, pantalón de fiesta, blusa negra y dos ponchos, entre otros.
18 tipos de danzas del país convergen en Quillacollo

EL BAILE DEMANDA INVERSIÓN Y ESFUERZO
FLOR SOLARES, DANZARINA
El primer objetivo de la fraternidad para iniciar el baile es recuperar nuestras danzas por el mismo hecho de que si vemos actualmente hay muchos países que nos quieren robar nuestras danzas. Hace años había el salay pero luego fue desapareciendo y ahora queremos incentivar a que a todos los jóvenes les guste la danza del zapateo. Nuestro segundo objetivo fue la fe, alegría y devoción a la Virgen de Urkupiña, por eso participamos del primer, segundo convite, de la entrada y la fiesta, los dos días.
JOSÉ TERÁN, DIABLADA SAN JOSÉ
Hay una sola motivación que es la fe hacia la Virgen de Urkupiña, toda vez que contrariamente a muchas otras regiones del país donde se celebran fiestas, aquí en Quillacollo es fundamentalmente por devoción. Por eso se participa año tras año, siempre llevando por delante la imagen de la Virgen. Nosotros como Diablada San José participamos 10 años en esta entrada. Por el décimo aniversario todos los integrantes utilizarán trajes de la primera salida.
LUIS AGUILAR, C. CULTURAL PUJLLAY ESAE
El costo del traje hace que muchos integrantes no puedan bailar, porque está sobre los mil dólares, ya llevamos 17 años bailando en la festividad de la Virgen María de Urkupiña y nuestra mayor intención es rescatar el ritmo del pujllay que no está sufriendo transformaciones.
Este año vamos a participar en el número 44, yo creo que la mayoría de la gente este año está bailando por fe y devoción, como siempre todo el mundo pide lo más importante que es salud, porque con ello todas las cosas pueden estar bien.