Resultado de comicios en Argentina tendrá impacto en Latinoamérica
Argentina, la tercera economía más grande del continente sudamericano, se encuentra en una profunda crisis. Con una pobreza desenfrenada que afecta al 35% de la población, una tasa de desempleo superior al 10% y una inflación anual superior a 50%, los elementos que están juego en este momento de transición son numerosos.
Momento explosivo
Pero más allá de las fronteras del país, esta elección ocurrió en un contexto explosivo compuesto de disturbios políticos y sociales en América del Sur. El actual presidente boliviano, Evo Morales, proclama una victoria rechazada por parte de la población, cuando a unos centenares de kilómetros de ahí, Chile experimentan la peor crisis desde la dictadura de Pinochet. Al mismo tiempo, argentinos, uruguayos y colombianos acuden a las urnas.
Son elecciones presidenciales o locales, que redistribuirán los mapas políticos y estratégicos de un continente en crisis. En Uruguay, la izquierda en el poder durante 15 años lidera las encuestas. Pero más allá de los resultados de la elección presidencial de este pequeño país —pionero en la abolición de la pena de muerte y en el voto de las mujeres—, y de la permanencia en el poder de Evo Morales en Bolivia, es el voto de los argentinos que podría generar un nuevo equilibrio en América del Sur.
¿Vuelve la izquierda sudamericana?
La elección argentina pone a dos modelos antagónicos en competencia para enfrentar la peor crisis económica de ese país en 17 años. El oponente de centro-izquierda Alberto Fernández, acompañado de la expresidenta Cristina Fernández, rivaliza como favorito contra el saliente jefe de Estado, el liberal Mauricio Macri.
El dúo peronista había logrado 17 puntos en las primarias de agosto (una especie de ensayo general para las elecciones presidenciales), y la brecha desde entonces fue aumentado aún más según las encuestas. “El presidente saliente, Mauricio Macri, favorito de las élites financieras y económicas, locales, regionales e internacionales, está de salida. La mayoría de los electores no le perdona su fracaso en un campo que, a priori, es el suyo: la economía “, dice Jean-Jacques Kourliandsky, investigador especialista en Sudamérica, en un foro publicado en el sitio web del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Iris, por sus siglas en francés).
La derrota de Macri significa el regreso del peronismo de izquierda al poder en Argentina.
Christophe Ventura, también investigador del IRIS, considera que la victoria del binomio Alberto Fernández-Cristina Fernández —esta última objeto de varias investigaciones sobre corrupción— sería así parte del “resurgimiento y el mantenimiento de gobiernos afiliados a la ola progresista de la década de 2000”. Un período sin precedentes en América del Sur durante el cual la izquierda se impuso en casi todos los países del continente, desde Chile hasta Perú, pasando por Brasil bajo el liderazgo de Lula o Ecuador, con Rafael Correa.
La alternancia resultante de las elecciones de hoy causará un cambio drástico en la política interna argentina: el fin del liberalismo desinhibido de Mauricio Macri y el fin de la política de austeridad impuesta a los argentinos. Pero también —por el peso diplomático y económico de Argentina— se reconfigurarán, hacia la izquierda, las alianzas geopolíticas del continente, cuando América del Sur, como muestra la infografía, está hoy dominada de manera predominante por Gobiernos de derecha, liberales o ultraliberales.
48% de los votos válidos es lo que obtuvo el candidato peronista (con el 94% de las mesas escrutadas) mientras que Macri logró un 40,55%.
LA POSTURA SOBRE EL CASO VENEZOLANO
“Alberto Fernández dijo que estaba en contra de la posición de Macri sobre la cuestión venezolana”, recuerda el investigador Christophe Ventura. El nuevo presidente retiraría a “Argentina del Grupo de Lima que reúne a todos los países comprometidos contra Nicolás Maduro”.
Por el contrario, se uniría al “Mecanismo de Montevideo” apoyado en particular por los Gobiernos “progresistas” de Uruguay o México, que abogan más por una solución política a la crisis venezolana. “Esto anuncia posibles puentes geopolíticos bastante novedosas en la región entre Buenos Aires y México”.
DUROS DESAFÍOS ESPERAN AL NUEVO GOBIERNO ARGENTINO DE IZQUIERDA
ANTHONY BERTHELIER/ HUNFFINGTONPOST.FR
A diferencia de sus triunfos anteriores, los Gobiernos progresistas latinoamericanos tendrán, y tienen, que lidiar con una fuerte oposición.
Además de Bolivia, donde se cuestiona la victoria de Evo Morales, en Uruguay, el candidato favorito en la primera ronda no tiene un socio claro para asegurar una victoria en la segunda vuelta.
“Frente a esto, ¿elegirán moderar sus ambiciones para encontrar compromisos con la oposición y los actores y financieros internacionales o, por el contrario, buscarán ir más a la izquierda para confiar en los sectores populares?”, se pregunta Christophe Ventura, resumiendo lo que está en juego ahora en el continente.
Esta pregunta también surgirá en Argentina, pero con sus propias particularidades. La victoria del binomio peronista, Fernández-Fernández, debería permitir que la izquierda gobierne sin obstáculos. Y que pueda ejercer un liderazgo de izquierda en la región.
Economía delicada
Pero es la delicada situación económica de Argentina lo que podría obligar a Alberto Fernández a reconsiderar sus ambiciones nacionales e internacionales.
En la agenda: pobreza, desempleo, deuda e inflación. Estos son problemas internos profundos en los que el nuevo Gobierno argentino deberá tener una actitud tranquilizadora y asegurar cierto éxito.