Una separatista de línea dura dirigirá el Parlamento regional catalán
Barcelona |
Una independentista de la línea dura, compañera del expresidente catalán Carles Puigdemont, fue elegida este viernes en Barcelona para dirigir el Parlamento de esta región española en la que las formaciones separatistas negocian una nueva coalición de gobierno.
Exportavoz del partido Juntos por Cataluña (JxC) en el Congreso español, Laura Borràs será la presidenta de la cámara catalana tras un acuerdo entre separatistas, que obtuvieron un 51 por ciento de votos y 74 de 135 diputados en las elecciones del 14 de febrero.
En su primer discurso, esta filóloga de 50 años aseguró que "esta legislatura debe marcar un punto de inflexión en el avance hacia la independencia de Cataluña".
Su elección supone un primer paso hacia un pacto de gobierno de coalición separatista entre la moderada Izquierda Republicana (ERC, 33 escaños) y JXC (32), al que podría sumarse la anticapitalista CUP (9).
Para conseguirlo, deberán resolver las divisiones surgidas desde el fallido intento de secesión de 2017, que terminó con varios dirigentes encarcelados o en el extranjero, entre ellos Puigdemont, ahora eurodiputado en Bruselas.
Durante su trayectoria en Madrid, Borràs exhibió una oposición frontal al dirigente socialista español Pedro Sánchez. El jefe de gobierno se acercó más a ERC, que facilitó su investidura y sus presupuestos.
Sobre Borràs, que en 2006 firmó un manifiesto tildando el español de "lengua colonizadora" en Cataluña, pesa un juicio pendiente por presunta corrupción.
La cámara tiene ahora de plazo hasta el 26 de marzo para votar la investidura de un nuevo presidente regional.
A ella quiere presentarse el socialista y exministro de Sanidad español Salvador Illa, vencedor de los comicios en votos, pero sin apoyos suficientes para ser investido.
El mejor posicionado es el actual vicepresidente, Pere Aragonés (ERC), jurista de 38 años y de talante moderado.
"Antes del 26 de marzo, Pere Aragonés debería ser el presidente, pero todavía nos queda mucho trabajo", reconoció Sergi Sabrià, negociador de ERC.
El futuro gobierno regional debería reactivar las negociaciones con el ejecutivo de Pedro Sánchez para reencauzar el conflicto en esta rica región de 7,5 millones de habitantes divididos sobre la secesión.
Las posiciones son distantes: los separatistas reclaman un referéndum de autodeterminación y una ley de amnistía para sus dirigentes, mientras que Sánchez solo estudia un indulto y más autogobierno.
Las discrepancias resurgieron después de que los socialistas apoyaran el martes en Bruselas la suspensión de la inmunidad parlamentaria de Puigdemont y otros dos eurodiputados catalanes, abriendo la puerta a una extradición a España para ser juzgados por sedición.
Ese mismo día, un juez revocó la semilibertad concedida a siete dirigentes catalanes condenados a entre 9 y 13 años de cárcel por la fallida secesión de 2017.