Javier Milei, el ultraliberal que agita la política argentina
BUENOS AIRES |
En Argentina, los extremos políticos son centrifugados: nada ni nadie sobrevive demasiado tiempo muy alejado del peronismo y del antiperonismo que durante décadas encarnó la Unión Cívica Radical y hoy confluye en la coalición Juntos por el Cambio. Pero, de tanto en tanto, alguien emerge para renovar el paisaje. En este caso, Javier Milei, un ultraliberal que obtuvo el 13,6% de los votos en la ciudad de Buenos Aires, uno de los grandes escaparates políticos del país.
“¡Viva la libertad, carajo!”, gritó desaforadamente el domingo tras su tercer puesto en las primarias que definieron los candidatos para las elecciones parlamentarias de medio término del 14 de noviembre.
“La casta tiene miedo, la casta tiene miedo”, cantaban sus seguidores, la mayoría de ellos extremadamente jóvenes.
“Es un número muy importante el que obtuvimos ayer. Nosotros estábamos tranquilos por haber hecho un buen trabajo. Creo que logramos poner al liberalismo en el centro del ring. Fue el eje de la discusión”, dijo Milei el lunes a la radio FM Milenium.
Un cabello tan crecido como desordenado, unos fríos ojos azules y un discurso que arrincona al Estado y baña en insultos a sus rivales sostienen a Milei, un economista de 50 años que durante años trajinó los platós de la televisión incendiando a las audiencias.
Ahora, tras crear el partido Avanza Libertad, intenta incendiar la política argentina. Se jacta de sus muy buenas relaciones con Vox y Santiago Abascal, reivindica a Donald Trump y apoya a Jair Bolsonaro. Está claro que nadie puede acusar a Milei de ser ambiguo.
La ciudad de Buenos Aires es un distrito electoral especial, el único en el que el liberalismo ha tenido históricamente arraigo. En 1989, en medio de la hiperinflación que hundía al gobierno del radical Raúl Alfonsín, se vio cómo la Unión del Centro Democrático (UCeDé) de Álvaro Alsogaray escalaba hasta el 22% de los votos antes de ser fagocitada por el menemismo, que llegó al poder blandiendo promesas de izquierda y gobernó desde una derecha liberal peronista.
Si se suma el 11% del economista Ricardo López Murphy, que forma parte de Juntos por el Cambio, el liberalismo en la capital argentina llegó a un apreciable 24% de los votos.
El kirchnerismo, derrotado a un nivel sin precedentes este domingo, puede culparse parcialmente por el fenómeno: promovió en su momento el voto optativo para los jóvenes de 16 a 18 años. Un sector muy importante de ese grupo, así como aquellos en la franja de los 18 a los 30, es permeable a las ideas de Milei y considera al kirchnerismo un problema y ya no la solución. El “mito K”, nacido en los rescoldos de la gran crisis de 2001, comenzó a envejecer. La opción para no pocos jóvenes es hoy Milei o la izquierda dura.
Milei quiere “hacer volar por los aires el Banco Central”, al que acusa de estafar a los argentinos con un impuesto inflacionario que implica seis puntos del PIB. “Si el daño que causó el Banco Central ha hecho que en lugar de ser Estados Unidos seamos el país miserable que somos hoy, camino a ser la villa miseria (poblado de chabolas) más grande del mundo, ¿por qué no?”.
Según MDZ Radio, si el resultado se mantiene en las generales, Milei planteará “la política desde una visión moral”. “Hay un mecanismo por el cual los políticos nos roban 5 puntos del PBI: el Banco Central, con el impuesto inflacionario. Entonces hay que eliminarlo”, dijo.
Consultado sobre si eso es una metáfora o una realidad, el candidato dijo: “No es una metáfora, pero tampoco es un acto terrorista, sino un acto simbólico por haberse eliminado aquel elemento que tanto daño le hacen a los argentinos”.
“Con el impuesto inflacionario además le pega entre 25 y 30 veces más fuerte a los más vulnerables y cada vez que la tasa de inflación supera el 20% perdemos 1,58 de crecimiento.
TRAS DERROTA, FERNÁNDEZ AFINA ESTRATEGIA ELECTORAL
REDACCIÓN CENTRAL
El presidente de Argentina Alberto Fernández encabezó una reunión política en el Aeroclub de Longchamps, junto a intendentes del conurbano con el objetivo de replantar la estrategia electoral hacia la elección general del 30 noviembre luego de la derrota que el Frente de Todos sufrió el último domingo en la provincia de Buenos Aires a manos de Juntos.
El oficialismo todavía busca argumentos que traduzcan el impacto de una derrota que no se percibía en la previa a la elección.
En la reunión también estuvieron el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa y del Frente de Todos, Máximo Kirchner. Además, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi y de Industria, Matías Kulfas. Del encuentro no participó el gobernador, Axel Kicillof.