Europa: el gas, arma de Rusia en el conflicto con Ucrania
Las progresivas tensiones entre Occidente y Rusia por Ucrania han originado intranquilidad sobre los flujos de gas ruso a Europa, lo que ha guiado a la Comisión Europea y a Estados Unidos a buscar factibles suministros alternativos.
En ese sentido, Catar solicitó a la Unión Europea que circunscriba las reventas de gas fuera de esa región si quiere que tanto ese país como otros grandes proveedores de éter provean un suministro de emergencia en caso de un conflicto entre Rusia y Ucrania.
Expertos apuntan que es perfectamente imaginable que, en caso de una intrusión de Rusia a Ucrania, se cierre el gasoducto que trae a Europa gas ruso a través de territorio ucraniano.
Europa tendría problemas para subsistir durante mucho tiempo sin el gas ruso, y hallar gérmenes alternativos conlleva un inmenso reto logístico, una realidad que está activando la inquietud por el acceso del continente a la energía durante un invierno, de por sí complicado.
Cabe señalar que el 41% del gas natural que se consume en la UE proviene de Rusia, que también es su principal proveedor de crudo y combustibles fósiles, según el reporte de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).
La dependencia del gas ruso varía y es mayor en el norte y centro del continente. Más del 65 % del combustible que importa Alemania proviene de Rusia, y el 100% en la República Checa y Letonia; 94,9% en Hungría; 85% en Eslovaquia; 54,8% en Polonia; 46% en Estonia y 41,7% en Lituania. Significativamente, el 43,25% del gas que importa Italia es ruso.
El conflicto de Ucrania llega en un momento inoportuno. Los precios mundiales de la energía ya son elevados, ya que el suministro de petróleo y gas natural se ha retrasado con respecto a la recuperación de la demanda tras la pandemia.
En Europa se plantean tres escenarios si es que el suministro de gas ruso se detiene en los próximos meses.
Si Rusia y los demás proveedores continúan con la provisión a los niveles actuales, el acopio en toda la Unión Europea alcanzaría un mínimo de 320 teravatios hora, en abril de 2022.
Mientras, si la nación rusa corta el suministro en los siguientes días, el almacenamiento llegaría a un nivel mínimo de 140 teravatios hora, en abril de este año.
La tercera posibilidad es que si Rusia, además de suspender el flujo de gas y el clima es extremadamente frío, la provisión en el continente europeo estará vacío a fines de marzo de este año.
En ese contexto, a corto plazo, la Unión Europea posiblemente podrá sobrevivir a una interrupción de las importaciones de gas ruso.
Nord Stream 2
El Nord Stream 2,el gasoducto que enlaza Rusia con Alemania, se terminó de construir en noviembre y ha provocado ya trascendentales desacuerdos geopolíticos y económicos, aunque ahora corre riesgo de no inaugurarse en caso de invasión de rusa a territorio ucraniano.
El Nord Stream 2 conectará Rusia con Alemania a través de un ducto de 1,230 kilómetros bajo el mar báltico, con una capacidad de 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año, siguiendo el mismo trayecto que su hermano gemelo, el Nord Stream1, que funciona desde 2012.
Rodeando Ucrania, el trayecto aumentará las posibilidades de suministro de gas ruso a Europa, en tanto la producción de la Unión Europea disminuye.
EL ORIGEN DE LA CONFRONTACIÓN
Rusia y Ucrania fueron miembros de la Unión Soviética hasta la independencia y disolución, en 1991.
Moscú trata de evitar el giro de Ucrania hacia Occidente; si Kiev se une a la OTAN, como aspira, perderá posibilidades de influencia en el país.
El proceso de admisión en la organización, en cualquier caso, es largo y complejo y no solo depende de la voluntad de Kiev, que tiene en su mira entrar desde 2008.
Moscú quiere vetarla. Asegura que supondría una amenaza para la seguridad de Rusia.
La confrontación entre los dos países data de marzo de 2014.