Misil hipersónico: el arma que huye a la detección de los radares
El Ministerio de Defensa ruso afirma haber utilizado durante el fin de semana misiles hipersónicos Kinzhal para atacar objetivos en Ucrania. El uso por primera vez en un conflicto de este tipo de armamento, cuyo lanzamiento ha sido ratificado por Estados Unidos, supone un nuevo paso en la escalada bélica por las capacidades de estos misiles, que pueden alcanzar objetivos a una distancia de hasta 2 mil kilómetros y transportar cargas nucleares.
El Kh-47M2 Kinzhal (daga, en ruso) es un misil balístico hipersónico de fabricación rusa lanzado desde el aire con capacidad de transportar ojivas nucleares y que puede maniobrar en todos los tramos de su trayectoria. Puede golpear objetivos a una distancia de entre 1.500 y 2 mil kilómetros y alcanzar una velocidad Mach 10, es decir, 10 veces la velocidad del sonido (a partir de Mach 5 la velocidad ya se considera hipersónica).
Estos misiles miden ocho metros de largo, tienen un diámetro de un metro, pesan 4.300 kilogramos y son capaces de transportar una carga convencional o nuclear de hasta 480 kilogramos, según el Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales. Un informe citado por la agencia de noticias TASS en julio de 2018 sugirió que podría llegar a superar los 3 mil kilómetros si es lanzado desde un bombardero Tupolev Tu-22M.
¿Pueden ser interceptados?
Una vez lanzado, el misil Kinzhal acelera rápidamente a velocidad Mach 4 (4.900 kilómetros por hora) y puede llegar a alcanzar hasta los 12.350 kilómetros por hora que representa el Mach 10. Esta elevada velocidad unida a la trayectoria de vuelo errática del misil y a su alta maniobrabilidad dificulta la interceptación.
¿Cuándo los desarrolló Rusia?
El Kinzhal fue una de las seis armas de “nueva generación” que el presidente ruso, Vladímir Putin, presentó en su discurso del 1 marzo de 2018. Este armamento constituía, según dijo, la respuesta de Moscú a la decisión estadounidense de abandonar en 2002 el tratado ABM sobre misiles balísticos de 1972, un documento bilateral entre la URSS y Estados Unidos considerado como la piedra angular del sistema de contención mutua. En aquel momento, el mandatario ruso señaló que estos misiles ya se encontraban instalados en el distrito militar del sur, una zona que incluye el mar Negro. Unos días después, el 11 de marzo, los medios rusos publicaron las imágenes de una prueba de lanzamiento de un misil Kinzhal desde un caza MiG-31 modificado. Aunque el video no mostraba el impacto final, el Ministerio de Defensa ruso calificó la prueba como un “éxito”.
¿Se han usado en combate?
El Ministerio de Defensa ruso anunció el sábado pasado que Moscú había empleado por primera vez un misil hipersónico Kinzhal para destruir “un gran depósito subterráneo de misiles y munición aérea” en la localidad de Deliatin, en el oeste de Ucrania. El domingo, el Kremlin afirmó que había vuelto a emplear misiles Kinzhal para destruir una base militar en la región de Yitomir, en el noroeste de Ucrania y limítrofe con Bielorrusia, donde, según ha señalado el Ministerio de Defensa ruso, se encontraban “más de un centenar de efectivos de fuerzas especiales ucranias y mercenarios extranjeros”.
Funcionarios estadounidenses citados por la cadena CNN han confirmado que Rusia ha empleado estos misiles por primera vez en combate. “Es probable que tuvieran la intención de probar las armas y enviar un mensaje a Occidente”, han señalado.
¿Que implicación tiene el uso de los Kinzhal en la guerra?
El secretario de Defensa de EE UU, Lloyd Austin, descartó el domingo que el uso por parte de Rusia de misiles Kinzhal suponga un “punto de inflexión” en la invasión rusa de Ucrania, aunque los misiles del sábado cayeron muy cerca del territorio OTAN, a unos 300 kilómetros de la frontera de Polonia. “No lo veo como un punto de inflexión. Creo que Rusia los usa para ganar impulso. Hemos visto que atacan pueblos, ciudades y civiles. Pensamos que lo seguirán haciendo, pero no creo que eso cambie las reglas del juego”, afirmó Austin en una entrevista con la CBS. Lo que, desde su punto de vista, sí supondría un “paso muy serio” sería la utilización de armas químicas o biológicas en Ucrania. En el caso de que Rusia las empleara, Austin aseguró que Moscú recibiría “una respuesta contundente de Estados Unidos y de la comunidad internacional”.
Vasily Kashin, un analista ruso, dice que la mayor penetración y el poder destructivo del sistema Kinzhal hace estas armas más eficientes para destruir los almacenes subterráneos que los misiles subsónicos, pero otros expertos sugieren que no tendrá un impacto importante en el desarrollo del conflicto.
Pavel Felgenhauer, otro analista ruso, dice que el misil cambiaría poco en el terreno en Ucrania, más allá de “dar un cierto efecto psicológico y propagandístico”. También dice que su uso puede sugerir que las fuerzas rusas se están quedando sin otras armas.
Un comentarista belga de estrategia de defensa, Joseph Henrotin, también tuiteó que Rusia puede estar quedándose sin misiles balísticos de corto alcance Iskander, o que quiere subir la apuesta desplegando un misil hipersónico con capacidad nuclear.
Rusia ha lanzado 1.100 misiles en Ucrania desde febrero, según EEUU
Rusia ha lanzando más de 1.100 misiles en Ucrania desde el inicio de su invasión el pasado 24 de febrero, indicó ayer un funcionario de alto rango del Departamento de Defensa de EEUU, que no ha podido confirmar el disparo de proyectiles hipersónicos por parte de Moscú.
En una llamada con periodistas, el responsable del Pentágono dijo que su país no ha sido capaz de verificar el uso de misiles hipersónicos, aunque no descartó que sea posible.
El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó el domingo que sus fuerzas habían vuelto a disparar misiles hipersónicos Kinzhal para destruir “un gran almacén de combustible y lubricantes” en la localidad de Konstantinovka, en el sur de Ucrania.
Se trataría del segundo uso confirmado de los Kinzhal en Ucrania y en el mundo, que antes Rusia sólo había utilizado durante ensayos militares.
Kinzhal (Daga en ruso) es un misil hipersónico de alta precisión con un alcance de más de 2 mil kilómetros y una velocidad diez veces mayor que la del sonido.
El funcionario de EEUU subrayó que si esas informaciones fueran ciertas, “¿por qué necesitarían (los rusos) disparar un misil hipersónico desde no muy lejos para golpear un edificio?”.
Aventuró que el uso de ese tipo de proyectil podría ser porque los rusos se están quedando sin municiones guiadas de precisión y tienen que recurrir a otro tipo de armas.