Vicealcalde de Mariúpol: “Es horrible,100 a 150 personas mueren cada día”
elDiario.es
Sergey Olov no puede revelar el lugar en el que se encuentra, pero dice que está cerca de Mariúpol. Lleva 20 días sin hablar con su madre y su padre y no sabe si siguen con vida.
Pero sigue atendiendo a las llamadas porque quiere que se sepa lo que está pasando en la ciudad de la que es teniente de alcalde.
La ciudad portuaria sobre la que desde hace semanas se ensañan los bombardeos rusos ha quedado reducida a escombros pero Olov, en una entrevista por videollamada, explica que se niega a imaginar un futuro que no sea allí.
—¿Dónde se encuentra usted en este momento?
—Estoy cerca de Mariúpol pero no puedo revelar el lugar exacto.
—El presidente Zelenski ha asegurado que hay aún 100 mil personas atrapadas en la ciudad...
—Según nuestros cálculos, unos 200 mil ciudadanos están aún en Mariúpol. No sabemos el número exacto. Calculamos que entre 150 mil y 200 mil.
—¿Cuáles son las noticias que les llegan desde allí? ¿Cómo está yendo la evacuación?
—La ciudad está bajo un completo bloqueo y desde hace 20 días hay constantes bombardeos. Hay entre 50 y 100 ataques aéreos al día. Cada 15—20 minutos cae una bomba sobre la ciudad. La destrucción es enorme. El 90 por ciento de la ciudad está destruida, el 90 por ciento de nuestra infraestructura está dañada y el 30 por ciento no se podrá reparar, es decir que el 30 por ciento de la infraestructura de la ciudad está perdido. Hace cuatro días, Rusia empezó a usar buques de guerra. Lanzan misiles desde el mar y destruyen todos los edificios cercanos a la playa.
Nuestros ciudadanos no tienen agua, comida, medicamentos, comida para niños... es terrible. Tenemos casos de personas que mueren por deshidratación o hambre. No hay una respuesta única para contar cómo la gente sobrevive en esta situación. Se ayudan entre ellos, recogen madera para quemarla y cocinar. La temperatura hace unos días llegaba bajo cero y recogían la nieve para hervirla.
Desde el punto de vista militar, nuestras tropas están defendiendo la ciudad, hay combates calle a calle, también con los tanques en el centro de la ciudad.
Tenemos que entender que Rusia ha concentrado el 10 por ciento de sus soldados en Mariúpol. Nuestras tropas son muy valientes pero hay muchos efectivos rusos rodeando la ciudad. Los nuestros lucharán hasta la última bala, estoy seguro, pero hay intensos combates en las calles.
—El presidente Zelenski ha denunciado este miércoles que los rusos han secuestrado un convoy de ayuda humanitaria que se dirigía a Mariúpol?
—Sí, puedo confirmarlo.
—¿Cuánta gente ha muerto en la ciudad en las últimas semanas?
—No tenemos cifras exactas de los muertos. Es imposible contarlos. La última cifra oficial, un recuento de la policía de hace una semana, es de 2.358 muertos, cadáveres recogidos en la calle, que han sido enterrados en fosas comunes. Son números horribles... 100 o 150 personas mueren cada día bajo las bombas. Estamos hablando de entre 3.500 y 5 mil muertos.
Tienen que entender que Mariúpol es una ciudad multiétnica. Al menos el 40-45 por ciento de los habitantes son ucranianos de origen ruso. Si los rusos han matado a 3.500 ciudadanos al menos 1.500 son de origen ruso. Y hay también ciudadanos de origen armenio, griego, judíos...
—¿Por qué Mariúpol es tan importante para Rusia?
—En primer lugar, porque no consiguieron conquistar Mariúpol en 2014 y quieren destruir la ciudad. Ellos necesitan un corredor hacia Crimea y Mariúpol se encuentra en este corredor.
Cuando hubo negociaciones para un alto el fuego para corredores humanitarios, preguntamos por qué estaban destruyendo edificios civiles y matando a civiles. Nos contestaron que es porque teníamos que tener miedo de Rusia, entender que pueden matar a mucha gente y hacer lo mismo en otras ciudades.
—¿Por qué consideran inaceptable el ultimátum que Rusia dio el domingo para la rendición de la ciudad?
—Es imposible aceptar un ultimátum cuando están usando civiles como rehenes... Tienen a 200 mil personas como rehenes y nos dicen: “Las mataremos si no se rinden”. Pero no creemos a los rusos. Estamos seguros de que si nuestro ejército dejara la ciudad sin luchar, las matarían igual. Sabemos cuál es su forma de hacer la guerra. Luego dirán: “No hemos sido nosotros”. Como dice nuestro ministro de Exteriores, en nuestro mundo hay mentiras, mentiras gordas y luego la información oficial del Ministerio de Exteriores ruso. Es todo propaganda y mentira en todas las negociaciones. No podemos aceptar un ultimátum. Nuestras tropas seguirán defendiendo la ciudad. Y sabemos que la gente seguirá muriendo y los rusos no querrán solucionar ningún asunto humanitario.
—¿Está en contacto con el alcalde? ¿Cuál es su día a día ahora? ¿Cómo están actuando?
—Estamos en contacto e intentamos buscar cualquier manera de ayudar a nuestros ciudadanos, en Mariúpol o en los sitios donde han sido evacuados, refugiados en otras partes del país o incluso al extranjero. E informamos a la comunidad internacional sobre este crimen de guerra que Putin está cometiendo en Mariúpol. Estamos recogiendo ayuda humanitaria para llevarla a los que están en la ciudad y los que están fuera. Como Ayuntamiento o como Gobierno ucraniano no podemos llevar esta ayuda, pero lo damos a voluntarios que en pequeños autobuses o coches privados tienen la posibilidad de llevarlo a los ciudadanos.
Estoy seguro de que cuando las autoridades ucranianas recuperen el pleno control de Mariúpol, por vía diplomática o militar, reconstruiremos la ciudad gracias a la ayuda de la comunidad internacional.
—¿Tiene familiares allí?
—Mi padre, mi madre y mi hermano están aún en Mariúpol. No tengo noticias desde hace 20 días. No sé si siguen vivos. El barrio en el que vivían ha sido arrasado por las bombas. No sé si están vivos.
—¿Y su familia cercana?
—Mi mujer y mi hija han conseguido huir de la ciudad y se encuentran en un lugar seguro.
—¿Tiene testimonios de la gente que está en Zaporiyia?
—Cada día, entre 4 mil y 6 mil ciudadanos de Mariúpol llegan a Zaporiyia a través de nuestros autobuses en Berdiansk o en sus coches. Cada día encontramos a nuestros ciudadanos allí.