Rusia da tercer ultimátum a los defensores de Mariúpol
Las tropas rusas incrementaron ayer su presencia y la geografía de los ataques en los frentes de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, y dieron un nuevo ultimátum, el tercero en cuatro días, a las tropas ucranianas que resisten en la ciudad portuaria de Mariúpol para que se rindan.
“Los ocupantes rusos continúan bombardeando las líneas del frente y buscando puntos débiles en la defensa a lo largo de toda la línea de contacto”, según un parte del Estado Mayor General ucraniano.
Nueva ofensiva
Según los militares ucranianos, las tropas rusas lanzaron una nueva ofensiva hacia la ciudad de Lyman, en la región de Donetsk, dentro de los intentos de Rusia de controlar todo el Dombás y después de que Moscú diera esta semana por iniciada la segunda fase de la campaña militar en Ucrania.
Lyman, un importante nudo ferroviario en la región, sería, según el alto mando ucraniano, uno de los principales objetivos rusos del momento, mientras los ataques se intensificaron también en otra ciudad del Donetsk, Marinka.
La inteligencia británica, a su vez, informó del aumento de la presencia militar rusa en la frontera este de Ucrania y de la intensificación de los combates en distintos puntos del Dombás a medida que las fuerzas rusas buscan romper las defensas ucranianas.
Según el último parte de la inteligencia, los ataques rusos en ciudades ucranianas muestran su intención de tratar de interrumpir el movimiento de refuerzos y armamento ucranianos hacia el este del país.
Críticas de Rusia
Moscú ha criticado en repetidas ocasiones los suministros de armas extranjeras, que, según Rusia, pretenden alargar el conflicto en Ucrania.
El Ministerio de Exteriores ruso denunció ayer que el armamento entregado a Kiev se utiliza para “atacar ciudades pacíficas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk”, que Moscú reconoció como independientes.
Asimismo, acusó a Ucrania de acoger a más de 7 mil mercenarios extranjeros de 63 países del mundo.
Kiev a su vez replicó que el rechazo a la entrega de armas a Ucrania implica de facto un apoyo a “la agresión rusa”.
Tercer ultimátum
El objetivo claro de las tropas rusas sigue siendo “capturar” Mariúpol y obtener todo el control sobre la región sureña de Jersón, según el mando militar ucraniano.
Mientras continúa el asedio a la estratégica ciudad, Rusia volvió a dar ayer un nuevo ultimátum a sus defensores para que se rindan y salven así sus vidas, aunque hasta el momento los soldados no han dado señales de querer deponer las armas.
Moscú ya dio un ultimátum el domingo, y otro el martes, a los combatientes del batallón de Azov y a los soldados ucranianos para que se entregaran y poder evacuar a los civiles que se refugian dentro y en las inmediaciones de la fábrica metalúrgica Azovstal.
De acuerdo con las autoridades ucranianas, se trata de al menos mil civiles, la mayoría mujeres y niños, cifra de la que duda Rusia, que además acusa a las fuerzas ucranianas de utilizar a estos ciudadanos como “escudo humano”.
Cinco rendidos y evacuación
La milicia prorrusa de Donetsk aseguró ayer que cinco soldados ucranianos depusieron ayer las armas y abandonaron la acería de Azovstal, cifra no confirmada por Rusia.
Los separatistas prorrusos también afirmaron que habían evacuado a más de 140 civiles de las cercanías de la acería.
Paralelamente, Kiev informó de que se ha logrado llegar un acuerdo en medio de la situación de emergencia que vive Mariúpol para abrir por un día un corredor humanitario que permita la salida a unos 6 mil niños, mujeres y ancianos con dirección a Zaporiyia.
En los tres días anteriores no se había abierto ningún corredor humanitario, ni en Mariúpol ni en otras partes del este de Ucrania debido a los combates.
Comandante ucraniano lanza un desesperado pedido de socorro
Un comandante de la marina de Ucrania, atrincherado en el último reducto de la sitiada ciudad de Mariúpol, lanzó un mensaje en video en la madrugada del miércoles diciendo que sus hombres tenían apenas unas horas más de vida.
En un video enviado a la BBC y otros medios, el mayor Serhiy Volyna afirmó que sus tropas no se rendirían, pero pidió asistencia internacional para los 500 soldados heridos y los cientos de mujeres y niños que, dijo, estaban resguardados con ellos en una planta siderúrgica de la ciudad.
“Éste es nuestro último mensaje al mundo. Podría ser nuestro mensaje final. Es posible que nos queden apenas días u horas”, declaró el mayor Volyna.
“Hacemos un llamado de socorro a los líderes del mundo”, añadió. “Los instamos a que organicen una extracción y nos lleven a un tercer país”.
La fábrica de hierro y acero de Azovstal —una enorme planta de de 11 km²—, se ha convertido en el último reducto de resistencia ucraniana en Mariúpol.
“Las unidades del enemigo nos superan diez a uno, tienen dominio en el aire, artillería, en tropas en tierra y en maquinaria y tanques”, reiteró Volyna, que es comandante de la Brigada 36 de la Marina.
Se abstuvo de informar cuántos soldados ucranianos quedan en la planta pero aseguró que tenían “buen espíritu combativo”. Sin embargo, la situación de los heridos era “muy grave”. “Están en el sótano, están pudriéndose allí”, describió.