El gobierno de Gabriel Boric enfrenta crecientes críticas
El presidente de Chile, Gabriel Boric, quien vive uno de los momentos políticos más difíciles desde que asumiera el mando hace dos meses, viaja hoy a su región natal de Magallanes en su segundo viaje oficial al interior del país tras la visita que en abril realizó al norte.
Boric se desplaza a un “territorio amigo”, al que representó durante dos periodos como diputado nacional y donde obtuvo más del 60 % de los votos en el balotaje de diciembre, en el que derrotó al candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast.
Diversas encuestas apuntan hacia un agudo descenso en la aprobación del joven jefe del Estado, al que apenas se ha dado tiempo para asentarse en La Moneda y que ha tenido, como el mismo dijo, un despegue “turbulento” en las primeras semanas, marcadas por errores de figuras ministeriales y movilizaciones del gremio de transportistas.
A la incertidumbre de una parte de la población se han sumado el ruido y la controversia en torno a la Convención Constituyente que escribe una nueva Carta Magna -uno de los hitos de su mandato- y la tendencia negativa de la economía mundial, arrastrada por la guerra en Europa y el alza de la inflación tras años de pandemia, que ha espoleado la impaciencia de muchos sectores.
En este contexto, Boric retorna a “su casa” para tratar de difundir desde el terreno todas las medidas sociales que en medio de la vorágine ha impulsado el Ejecutivo en busca de la recuperación económica, participar en la ceremonia de la Armada por el “Mes del Mar”, retomar el pulso y los bríos en esta compleja fase inicial de gestión.