Sepultado Benedicto, acaba la era de “dos papas”
Con la poderosa imagen de Francisco posando sus manos sobre el ataúd de su predecesor, Benedicto XVI, tras el funeral concluye la “época de los dos papas”, en la que después de un primer momento de sorpresa se consiguió un importante equilibrio entre las dos áreas de la Iglesia, una más progresista y la otra conservadora. Tras la muerte del emérito, se abre una nueva fase del pontificado.
Francisco siempre apreció la presencia de Benedicto XVI, que era como “un abuelo en casa” y que cuando los miembros del ala más conservadora intentaron “utilizar” al papa emérito contra Jorge Bergoglio, fue el mismo Joseph Raztinger quien los frenó.
“La contingencia histórica que ha visto coexistir a dos sucesores de Pedro al mismo tiempo ha configurado una situación institucional inédita para la Iglesia, que también puede ser delicada. Tal vez alguien pensó en aprovecharse de ello, y tal vez incluso trató de sembrar la confusión. Pero no tuvo éxito en su intento”, resume el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, en una entrevista publicada ayer por el diario milanés Corriere della Sera.
Para Massimo Franco, gran estudioso del papa emérito, periodista y autor de Il Monasterio, sobre esta inédita convivencia, el “inicio de la segunda fase del papado de Francisco” ha comenzado ahora.
“Y ahora que Benedicto ha muerto, uno se pregunta si está a punto de comenzar una temporada de confrontación más dura entre los diversos sectores de la Iglesia, de abierta crítica a algunas elecciones del pontífice argentino y de enfrentamiento final con (el papa Francisco)”, añade Franco en un artículo publicado ayer en Corriere della Sera.