Víctimas de sismos se quejan del Gobierno turco
Mientras que los equipos de rescate apuran el tiempo para encontrar a más supervivientes, aumenta la desesperación y la ira entre parte de la población por la lenta respuesta del Gobierno turco.
El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, prometió castigar a los saqueadores que han asaltado tiendas en las últimas horas y, aunque reconoció algunos errores en la gestión del desastre, pidió paciencia y unidad.
El número de muertos por los devastadores terremotos del lunes superaban este jueves ya los 17.134 en Turquía. Aunque hay más de 100 mil miembros de equipos de salvamento y del Ejército movilizados para rescatar a los supervivientes, el tiempo invernal y la amplitud de la zona afectada complican los trabajos.
“La gente entra a las tiendas para robar lo que hay porque no queda otra, nada está abierto, no hay ayuda ni servicios básicos”, explica a Efe Mehmet, que vive en las afueras de Iskenderun.
Aunque su casa sigue en pie su familia no puede vivir en ella por miedo a derrumbes. Este conductor de excavadora de 40 años también está frustrado porque su empresa no tiene diésel y no puede usar esa maquinaria para ayudar en los trabajos de desescombro.
Pese a que la tensión y el malestar se nota en el ambiente, no todos los turcos están dispuestos a hablar de política y prefieren centrarse en sobrevivir o en ayudar a los afectados.
La oposición, liderada por el partido socialdemócrata CHP, pero también numerosos usuarios en las redes sociales, critica la gestión de las autoridades tras los seísmos.
El líder socialdemócrata, Kemal Kilicdaroglu, acusó a la burocracia gubernamental de ralentizar las ayudas a los damnificados.