Juan Carlos I cumple tres años en Abu Dabi sin visos de instalarse de nuevo en España
Juan Carlos I cumplirá mañana, jueves, tres años desde que decidió marcharse a vivir a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), donde prevé seguir residiendo al no tener intención por ahora de volver a instalarse en España de forma permanente.
Este tercer aniversario lo pasará el rey emérito español en su residencia del país del Golfo Pérsico, adonde llegó ayer, martes, tras poner fin a su tercera visita a España desde su marcha.
Con independencia de quien forme gobierno en España tras las elecciones del pasado 23 de julio -en las que se especuló con su retorno en caso de una victoria de la derecha-, el rey emérito mantiene su plan de quedarse de forma estable en Abu Dabi, donde fijó su residencia fiscal, de tal modo que no tiene que rendir cuentas en España.
Es la hoja de ruta que ya trazó en la carta que envió a su hijo el rey Felipe VI en marzo del pasado año tras la decisión de la Fiscalía del Tribunal Supremo español de archivar las investigaciones sobre sus supuestas irregularidades fiscales en el extranjero.
Su otro deseo es seguir viajando a España con regularidad, en buena medida al son que marca el calendario de regatas náuticas de la localidad gallega de Sanxenxo (norte de España) donde navega con el barco "Bribón" y donde se siente como en casa una vez que se le cerraron las puertas a regresar al Palacio de la Zarzuela.
De ahí sus palabras con las que se despidió el martes de la localidad gallega: "Estoy muy contento y feliz. Gracias por haberme ayudado a estar tan bien como he estado".
Juan Carlos I pudo quitarse la espina que le dejó su anterior visita, en abril de este año, en la que la discreción que le reclamó la Casa del Rey y el Gobierno español le impidió "no haber podido saludar a toda la gente que quiso verle", según apuntan a EFE fuentes de su entorno.
Tras su primera visita a España, que estuvo rodeada de un gran despliegue mediático y por su comentario rechazando dar las explicaciones que requirió el Gobierno por sus negocios en el extranjero, el rey emérito optó por la discreción en sus siguientes estancias.
"Igual se dio cuenta de que había metido la pata", apuntan fuentes cercanas al Palacio de la Zarzuela, que recuerdan que a Juan Carlos I "nadie le impide vivir en España" y que es por voluntad propia el que se marchara a Emiratos Árabes Unidos y siga viviendo allí.
La siguiente escapada a Sanxenxo se espera que sea a finales de septiembre para participar en la regata que lleva su nombre.
A finales de agosto, viajará a la isla de Wight (Reino Unido) para participar en el campeonato mundial de la clase 6m al timón del "Bribón", con la aspiración de lograr, a sus 85 años, su tercer título después de los obtenidos en Canadá en 2017 y en Finlandia, dos años después.
Además de tratar de normalizar sus viajes a España, el rey emérito hizo lo propio con sus desplazamientos a otros países desde su base de Abu Dabi.
En abril estuvo en Londres antes de ir a Sanxenxo para ver un partido del Real Madrid de la Liga de Campeones y también fue a Ginebra (Suiza) en junio a la graduación de su nieta Irene.
Días después se le vio en Mónaco en la celebración del 70 aniversario del club naútico del país.
A estos viajes une los que hizo a Londres en septiembre del pasado año por el funeral de Isabel II y el pasado enero a Atenas al entierro de su cuñado el ex rey griego Constantino. Ahí fue la última vez que se le vio en público con su hijo Felipe VI, de quien se despidió con dos besos y un abrazo.