La Unión Africana pide evaluar las implicaciones de un despliegue militar en Níger
El Consejo de Paz y Seguridad (PSC) de la Unión Africana (UA) pidió este martes a la Comisión (secretariado) de la organización que evalúe las "implicaciones económicas, sociales y de seguridad" del posible despliegue de una fuerza militar regional en Níger tras el golpe de Estado del pasado 26 de julio.
El PSC, que se reunió el pasado 14 de agosto en Adís Abeba con una delegación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), reafirmó además "su plena solidaridad con los esfuerzos" de ese bloque regional "en su continuo compromiso con el restablecimiento del orden constitucional por medios diplomáticos", según un comunicado difundido este martes.
El mensaje del PSC se dio a conocer después de que los jefes militares de la Cedeao afirmasen el pasado viernes, tras dos días de reuniones, que si "las opciones pacíficas fracasan", optarán por una intervención militar "quirúrgica" para devolver el poder al presidente de Níger depuesto, Mohamed Bazoum.
Si bien el comunicado no se mostró claramente a favor ni en contra de una eventual intervención militar en Níger, fuentes diplomáticas aseguraron a EFE y a otros medios internacionales la pasada semana que el PSC rechazó durante la reunión en la capital etíope el uso de la fuerza contra la junta golpista nigerina.
Esa opción ha estado sobre la mesa desde el pasado 30 de julio, cuando los jefes de Estado y de Gobierno de la Cedeao anunciaron esa posibilidad, si bien desde entonces han afirmado seguir apostando por el diálogo para resolver la crisis.
Hasta el momento, la junta militar ha hecho caso omiso a las amenazas y, además de nombrar a un nuevo primer ministro y formar un gobierno transitorio, ha advertido de que el uso de la fuerza tendrá una respuesta "instantánea" y "enérgica".
Las posibles acciones militares han dividido a la región, donde los gobiernos de Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal han confirmado de una manera clara la disponibilidad de sus ejércitos para intervenir en territorio nigerino.
En el otro extremo, Mali y Burkina Faso, países vecinos gobernados por juntas militares, se oponen al uso de la fuerza y alegan que cualquier intervención en Níger equivaldría a una declaración de guerra también contra ellos.
Chad, Guinea-Conakri, Argelia y Cabo Verde también han rechazado una intervención militar, abogando en su lugar por el diálogo.
El golpe de Estado en Níger estuvo encabezado el pasado 26 de julio por el autodenominado Consejo Nacional de Salvaguardia de la Patria (CNSP), que anunció la destitución del presidente y la suspensión de las Constitución.
El líder golpista, general Abdourahamane Tiani, anunció el pasado 19 de agosto una transición política de una duración máxima de tres años, pero la Cedeao ha rechazado ese plan, al considerarlo "inaceptable" y un "subterfugio".