Escalada bélica entre Israel y Gaza suma más de 400 muertos de ambos frentes
El movimiento islamista palestino Hamás atacó a Israel por aire, mar y tierra desde la Franja de Gaza y secuestró soldados y civiles, desencadenando bombardeos de represalia en una escalada bélica que ya dejó más de 400 muertos, 200 de ellos en territorio israelí.
El ejército de Israel indicó que aún libraba combates en 22 lugares con cientos de infiltrados que penetraron en el país por aire, mar y tierra. “Estamos en guerra”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al tiempo que ordenaba la movilización de reservistas.
El ejército usará “toda su fuerza para destruir las capacidades militares de Hamás”, que gobierna la Franja de Gaza desde 2007, prometió el mandatario, urgiendo a los palestinos a salir del territorio.
El Ministerio de Energía ordenó cortar el suministro de electricidad a Gaza, un enclave de 362 km2 donde viven 2,3 millones de palestinos, sometido desde 2007 a un estricto bloqueo israelí.
La escalada dejó “más de 200 muertos” y 1.000 heridos del lado israelí, según el ejército, que acusó a Hamás de cometer masacres contra los civiles en sus propias casas; y al menos 232 muertos y unos 1.700 heridos en Gaza, de acuerdo con el Ministerio de Salud del enclave.
Los milicianos palestinos reivindicaron y difundieron imágenes del secuestro de varios israelíes. “Hay soldados y civiles secuestrados. No puedo dar cifras en este momento. Es un crimen de guerra cometido por Hamás y pagarán las consecuencias”, admitió el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari.
El jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, proclamó en la televisión Al Aqsa, dirigida por el grupo armado, que vislumbraba una “gran victoria”.
La ofensiva fue celebrada por dos enemigos de Israel en la región, el movimiento chiita libanés Hezbolá e Irán. “La resistencia ha logrado hasta ahora victorias espectaculares durante esta operación”, declaró el portavoz del Ministerio iraní de Relaciones Exteriores, Nasser Kanani, en referencia al movimiento palestino.
Miles de cohetes
La ofensiva se desencadenó con el lanzamiento de miles de cohetes desde la Franja de Gaza.
El brazo armado de Hamás reivindicó el ataque e Israel respondió bombardeando objetivos del movimiento palestino.
En la ciudad de Sederot, a escasos kilómetros del enclave palestino, un periodista de la AFP vio cuerpos de civiles tendidos en la calle.
“¡Manden ayuda, por favor!”, suplicaba una mujer israelí junto a su hijo de dos años, mientras un grupo de milicias abría fuego contra su casa, describieron los medios israelíes.
Periodistas de AFP vieron a palestinos armados alrededor de un tanque israelí en llamas y a otros conducir un vehículo militar israelí en dirección a Gaza.
En Gaza, los bombardeos israelíes destruyeron tres edificios de diez plantas que formaban parte de un conjunto residencial, informaron periodistas de AFP que vieron desplomarse estas construcciones.
El ejército acusó a Hamás de albergar infraestructura militar en medio de la población. El cuerpo armado aseguró además que había pedido a los residentes “evacuar el lugar” antes de bombardearlo.
También hubo incidentes en Cisjordania ocupada, donde cinco palestinos murieron y 120 resultaron heridos en enfrentamientos con las fuerzas israelíes y grupos de colonos, según el Ministerio de Salud palestino.
“Las puertas del infierno”
Las sirenas sonaron tanto en el sur de Israel como en Jerusalén y la Policía pidió a la población permanecer cerca de los refugios antiaéreos.
Compañías aéreas como Iberia, Lufthansa, Transavia, Swiss, Aegean Airlines y Air France anularon sus vuelos de este fin de semana a Tel Aviv.
El general israelí Rassan Alian afirmó que Hamás había “abierto las puertas del infierno” y que “pagaría las consecuencias”.
La operación israelí de represalias ha sido llamada “Espadas de hierro”.
Hamás, por su parte, bautizó la operación como ‘Diluvio de Al Aqsa’ y explicó que el movimiento había decidido “poner fin a todos los crímenes de la ocupación israelí”.
Comunidad internacional se encuentra en alerta
Esta guerra, la sexta entre Israel y Gaza en los últimos 15 años, puso en alerta a la comunidad internacional.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó a realizar “esfuerzos diplomáticos” para evitar una extensión del conflicto.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de emergencia hoy para tratar la situación en Medio Oriente-
La ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, condenó el “terrorismo” de Hamás y se dijo preocupada por una “escalada” que arrastre a “otros” actores al conflicto.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, enfatizó que su país “nunca dejará de respaldar a Israel”.
Por su parte, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó su “rechazo” a los “ataques terroristas” en Israel e hizo un llamado a la comunidad internacional para que trabaje en pro de las negociaciones de paz entre las partes.
Desde Bogotá, el Gobierno de Gustavo Petro condenó “con vehemencia el terrorismo y los ataques contra civiles” en Israel.
El Ministerio de Relaciones Exteriores chileno hizo “un llamado al cese de esta violencia inconducente, a fin de evitar una escalada que provoque mayores daños y sufrimientos a la población civil”.
Bolivia hace un llamado a la paz en Medio Oriente
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia expresó su profunda preocupación ante los eventos violentos ocurridos en la franja de Gaza entre Israel y Palestina e hizo un llamado urgente a la paz. “Hacemos un llamado urgente a la paz, a desescalar la violencia, a preservar la vida y los derechos humanos”, señala el comunicado.
Se lamentó la “inacción” de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad frente a lo que acontece. “Como organización encargada de promover la paz y los derechos humanos, no puede seguir ignorando las consecuencias de esta situación”.
Asimismo, el expresidente y líder de Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, condenó “enérgicamente las acciones de violencia terrorista de Hamás en contra del pueblo y el Estado de Israel”. Demandó sanciones de la justicia internacional y no sean la justificación para el inicio de una represalia contra el pueblo palestino.