Silencio y censura en China tras el fallecimiento del ex primer ministro Li Keqiang
Las principales autoridades de la República Popular China mantienen por el momento un perfil bajo o no se han pronunciado sobre la repentina muerte del ex primer ministro Li Keqiang, mientras en las fuertemente censuradas redes sociales del país se bloqueaban numerosos comentarios al respecto de la noticia.
El anuncio del fallecimiento de Li se produjo este viernes a través de la televisión estatal CCTV y la agencia de noticias Xinhua, y fue compartido en sus páginas oficiales o sus cuentas de Weibo -similar a X (antes Twitter), censurado en China-, por instituciones como el Partido Comunista Chino (PCCh, gobernante), la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), el Consejo de Estado (Ejecutivo) y el Tribunal Supremo.
La publicación se limitaba a informar sobre las causas de la muerte, un "repentino ataque cardíaco" mientras se encontraba en la ciudad de Shanghái "tomando un descanso".
Los demás medios oficialistas del país, como Global Times o China Daily, se limitaron a compartir el comunicado, anunciando un posterior obituario a lo largo del día, lo que demostraría que se trata de un acontecimiento inesperado, ya que Li, de 68 años, apenas había abandonado su cargo hace unos meses.
En Weibo, la etiqueta ("hashtag") sobre el deceso del hasta el pasado mes de marzo primer ministro del gigante asiático, superó en las primeras horas tras el anuncio los 11,5 millones de visitas.
Las principales reacciones de los internautas reflejaban "perplejidad" y "tristeza" por la muerte "demasiado repentina" de Li, al que alababan como político "comprometido con el país".
Aún así, la gran mayoría de las publicaciones en el hilo de la noticia mostraban en la sección de comentarios mensajes de la plataforma asegurando que se había efectuado un "filtro" o "selección" sobre las reseñas, enfatizando el afán del país por controlar la información que circula en el ciberespacio.
Destacable es el caso del Weibo de la Liga de Juventudes Comunistas, considerada la facción más liberal y pragmática de la dirigencia china y de la cual llegaría a ser secretario general en 1993, que bloqueó los más de 300 comentarios de su publicación.
Únicamente algunas cuentas de embajadas extranjeras, como la de Japón -que destacó el "importante papel" de Li en las relaciones bilaterales- o la de Israel -que transmitió sus "profundas condolencias"-, las primeras en manifestarse, escaparon de la censura en su sección de comentarios.
Los fallecimientos de antiguos líderes del país suelen ser momentos de tensión para el aparato estatal chino, ya que las vigilias y el luto han servido en ocasiones de catalizador para el descontento, cristalizando en protestas.
Cuando llegó al cargo, en 2012, se esperaba que Li, perteneciente al ala más liberal del Gobierno, diera un empujón a la apertura y reforma económica de China, pero su labor y capacidad de maniobra se vieron progresivamente limitadas y cada vez más opacadas por el creciente poder del presidente del país, Xi Jinping.
Por el momento no se han difundido detalles sobre el entierro y funerales del fallecido político.