Los argentinos deciden hoy, entre Massa y Milei: ¿cambio o continuidad?
El resultado del balotaje en Argentina plantea dos proyectos de país contrapuestos de los candidatos, Sergio Massa y Javier Milei. El deseo de cambio total y la necesidad de continuidad democrática se enfrentan.
En la segunda vuelta electoral de hoy, Argentina elige su presidente entre el ministro de Economía, el peronista de centro Sergio Massa (Unión por la Patria), y el candidato libertario de extrema derecha Javier Milei (La Libertad Avanza). Las encuestas pronostican un empate técnico entre ambos, con un resultado muy ajustado.
Cambios de discurso
Desde el inicio de la campaña el economista Milei jugó con una imagen agresiva y hasta violenta. Sus arriesgadas promesas iniciales de arrasar con la “casta política” y recortar al mínimo la presencia del Estado a fuerza de “motosierra” pasaron a ser, a tres días del balotaje, más moderadas: “No vamos a privatizar la educación, no vamos a privatizar la salud”, promete el candidato. Pero mantiene sus planes de dolarizar la economía y cerrar el Banco Central Argentino.
En el cierre de campaña, Sergio Massa admitió errores en su gestión como ministro de Economía y pidió disculpas, prometiendo bajar la inflación a la mitad en 2024 y el déficit fiscal “a cero”, e hizo hincapié en los históricos beneficios que perderían los ciudadanos si ganara Milei. Una “campaña del miedo”, según la oposición.
“Posiblemente, por lo que está en juego, esta sea la elección más importante desde la recuperación de la democracia, hace 40 años, hasta la fecha”, dice Sergio Balardini, director de Proyectos de la Fundación Friedrich Ebert (FES).
Proyectos opuestos
“En términos políticos, hay una colisión de proyectos. Pese a eso, hay una demanda de cambio mayoritaria”, agrega Balardini. Sin embargo, Milei expresa el cambio “en fórmulas de ruptura total con el sistema político preexistente, incluyendo los sindicatos y hasta sectores empresarios”.
Y su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, “ha defendido a militares con sentencias de prisión perpetua por toda clase de violaciones a los derechos humanos”, subraya. Además, Milei ha negado el cambio climático y los derechos de paridad para las mujeres. En contraposición, “Massa cuenta con capacidad de diálogo, tanto con sectores empresarios como sindicales, que, en Argentina, tienen gran capacidad de bloqueo”, recuerda Balardini.
“Este balotaje es algo fuera de lo normal, porque mucha gente todavía no sabe por quién votará. Para muchos, ambas opciones son insatisfactorias”, dice Susanne Käss, directora de la sede en Buenos Aires de la Fundación Konrad Adenauer (KAS). Es claro que todavía hay una gran cantidad de indecisos. Y el voto de los jóvenes podría ser decisivo.
Cuestión central
Pero la cuestión central es si alguno de ellos logrará resolver la peor crisis económica en más de dos décadas. “Los argentinos esperan una devaluación muy fuerte en la semana posterior al balotaje, que tendrá un impacto directo en la inflación”, dice Susanne Käss.
“Gane quién gane, gobernará en una situación socioeconómica sumamente delicada”, subraya.“Será inevitable que haya un ajuste económico”, afirma, por su parte, Sergio Balardini, pero ¿a qué sector afectará, y en qué tiempo? Esas primeras definiciones nos hablarán de las resistencias que podrían generar y de su viabilidad política y social”, explica.
Unidad y división
Ninguna fuerza dispondría de una mayoría absoluta, y el próximo gobierno tendrá, claramente, que negociar. De ganar Massa, Sergio Balardini le augura, “gran libertad decisoria y de acción”, ya que, al contrario de lo que dicen sus detractores, “sería un gobierno de escasa presencia kirchnerista”.
Según Michael Álvarez Kalverkamp, de la Fundación Heinrich Böll (HBS,) “hay ciertos sectores conservadores de la sociedad que, en un ambiente muy caldeado y frente al estancamiento del kirchnerismo y del peronismo en general, suman votos para Milei”. Massa “es una persona capaz de tender puentes para superar la grieta”, sostiene Kalverkamp, es decir, la profunda polarización en el país.
Para Kalverkamp, “un amplio sector del centro de la sociedad se ha concientizado de que la candidatura de Milei es una aventura disruptiva que encierra un peligro para la institucionalidad democrática del país. Y no quieren poner en juego los logros y consensos de los últimos 40 años”.