Albó pide al Gobierno ablandar su corazón
La Paz | Los Tiempos
Después de 35 días de recorrer la carretera Cochabamba-La Paz y de soportar hambre, el frío y la lluvia, las personas con discapacidad llegaron ayer a la ciudad de La Paz en medio de aplausos, voces de apoyo y aliento para luchar por la demanda de un bono mensual de 500 bolivianos.
Antes de llegar a la plaza San Francisco, donde se instaló una vigilia permanente hasta que sea atendido su pedido, el padre jesuita Xavier Albó se sumó a la caravana y calificó de “incoherente” al Gobierno por construir un palacio y no dar 500 bolivianos a las personas con discapacidad.
El sacerdote ofreció una misa para el sector y pidió a Dios que el sacrificio no sea en vano, “que se ablanden las autoridades, que consideren lo mucho que ustedes han sufrido y que, por lo tanto, tengan un corazón misericordioso como el de Jesucristo, como el del papa Francisco. Esto te pedimos Señor para que la estancia aquí dure el tiempo que sea y tenga el resultado esperado”.
Por su parte, uno de los líderes de la caravana, David Cayo, pidió entre lágrimas a las autoridades escuchar y atender a las personas con discapacidad.
Entretanto, el ministro Luis Arce reiteró que están abiertos a negociar, pero que no puede ser atendida la demanda de un bono porque es atentar contra los recursos del Tesoro de la Nación y de los bolivianos.
Ayer, al promediar las 6;30 las personas con discapacidades diferentes iniciaron la última jornada de marcha forzada para llegar a la ciudad sede del gobierno bajo la consigna de “bono de 500 o muerte”. Soportaron hambre, frío, lluvias, el rechazo de poblaciones que no les permitieron reposar y otras necesidades a lo largo de la carretera.
A esta movilización se plegaron decenas de estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) para apoyar empujando las sillas de ruedas de los manifestantes, personal de la Alcaldía de la ciudad de La Paz con un equipo médico y ambulancias para la atención inmediata.
La caravana hizo varias paradas y a su paso por los alrededores del Cementerio General, espacio en el que se ubican varios mercados y negocios, se observó como las “caseritas” dejaban sus puestos para ir a ofrecerles una voz de aliento, agua, refrescos y un abrazo.
Las vendedoras de flores, ubicadas frente del camposanto, adornaron con flores a varios de los marchistas y otras les obsequiaban algunos productos.
La marcha continuaba y las personas salían para brindarles el apoyo, pero lo más llamativo es que decenas de niños de un kínder (Óscar Alfaro), ubicado en la avenida Montes, acompañados de sus maestros daban a los discapacitados pan y refrescos.
En el último trecho, varias personas se atrincheraron en las aceras de las calles céntricas de La Paz, expresaban su apoyo a la demanda y con lágrimas en los ojos pedían al Gobierno sensibilizarse y atender el pedido.
En la misa oficiada por el sacerdote Xavier Albó, éste destacó el sacrificio de los marchistas y planteó facilitar a los discapacitados trabajo en el sector público y privado, “a los que no lo hacen multa y a los que sí lo hacen se les descuenta el impuesto, esto por ejemplo aquí no lo tenemos todavía, es una solución estructural”.
“Esta movilización no es política si hubiese sido así nuestra movilización se habría iniciado antes del 21 de febrero (...), así que pedimos que no se trate de confundir a la opinión pública con este tipo de declaraciones. Nosotros hemos marchado y estamos en La Paz para pedir al Gobierno una mejor calidad de vida”, manifestó el dirigente de los capacitados de la ciudad de El Alto, Jorge Flores.
ARCE: DEMANDA ES DESMEDIDA
En tanto los marchistas recorrían los últimos kilómetros para llegar a la ciudad de La Paz, el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, en conferencia de prensa reiteró la imposibilidad que tiene el Estado de atender la demanda de los discapacitados.
Dijo que el Gobierno tiene la obligación de cuidar la economía nacional y que no es posible destinar recursos para el sector que se equiparan con el presupuesto de varios departamentos.
“Atender este desmedido bono, como ustedes ven con estas cifras, es simplemente atentar contra los recursos del Tesoro General, contra los recursos de los bolivianos. No estamos en posibilidad de hacerlo, por lo tanto no va a haber el bono para los discapacitados”, afirmó.
Una vez más aseveró que atender el pedido de los discapacitados implicaría un gasto anual de 369 millones de bolivianos y que, si existe un nuevo registro de personas con discapacidad, ese monto podría superar los 600 millones de bolivianos.
“Vamos a seguir cuidando la economía nacional, ya que tenemos que atender a 10 millones de personas en Bolivia”, dijo el ministro Arce.