Denuncian “hostilidad hacia la prensa” en Bolivia
París /
La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) denunció ayer que el ambiente en que trabajan los periodistas bolivianos se ha deteriorado “considerablemente” desde el inicio del año después de que miembros del Gobierno acusaran a varios medios de formar parte del “cártel de la mentira”.
“Este clima de hostilidad hacia la prensa, que perjudica profundamente la libertad de expresión en Bolivia, no puede durar más”, señaló Emmanuel Colombié, responsable del Despacho América Latina de RSF.
“Los insultos, las persecuciones ilegales y las campañas de difamación emprendidas por los altos representantes del Estado contra los periodistas de su propio país son intolerables y engendran una autocensura nefasta para la libertad de prensa”, Añadió RSF en un comunicado.
El pasado 19 de mayo, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, acusó a la Agencia de Noticias Fides (ANF), así como a los diarios Erbol, El Deber y Página Siete de formar parte de un “cártel de la mentira”.
Esas declaraciones del Ministro fueron la reacción a las preguntas parlamentarias sobre el presunto tráfico de influencias en el que estaría implicada la expareja del presidente Evo Morales,.
“Desde hace varios meses los reporteros Amalia Pando, Raúl Peñaranda y Andrés Gómez son blanco de una verdadera campaña de difamación, marcada por ataques verbales”, señaló RSF, que manifestó su apoyo a los periodistas “perseguidos” en el país.
Reporteros sin Fronteras también criticó los casos del director del diario “Sol de Pando”, Wilson García Mérida, de quien dijo que su abogado no puede conocer qué cargos presentó Quintana contra el periodista. “Para escapar de esta denegación de la justicia, el periodista tuvo que huir a Brasil, donde se encuentra actualmente”, añade el texto.
También denuncia los casos del periodista Jesús Alanoca, de El Deber, interceptado cuando cubría una manifestación en La Paz por agentes de la Policía que le ordenaron que borrara todas las fotos que había tomado y lo detuvieron arbitrariamente; y el del fotoperiodista Álvaro Valero, del diario Página Siete, que fue agredido durante una manifestación por un funcionario público que intentaba impedir que realice su trabajo.