El inconcluso 21F
Días previos a la consulta para la modificación del Artículo 168 de la Constitución del Estado Plurinacional, en el oficialismo y en algunos artículos de opinión, se habían esbozado posibles escenarios frente a un eventual triunfo del NO.
Para los efectos del presente análisis, conviene recordar, haciendo abstracción de nombres, -en el caso de los artículos de opinión- los escenarios probables planteados y contrastarlos con la agenda política predominante actual, en la etapa post referendo.
Sin abandonar la pretensión de ser siempre serios, no obstante, vale la pena recordar los posibles escenarios planteados desde el oficialismo, pues guardan una interesante relación con la línea que frecuentemente expresa el vicepresidente, además principal vocero. El escenario “apocalíptico” sugerido ante un posible triunfo del NO, cuando se exclamo que “El sol se va esconder y la luna se va escapar y todo será tristeza”; aunque dicho metafóricamente, no tiene nada que ver con la realidad. Que,”… en los comicios de 2019 sólo se presentarán ‘k’aras’…”; tampoco. Estos escenarios insinuados, si bien nada tienen que ver con la realidad; son síntomas positivos de una aguda patología psicológica producida por la angustia de perder el poder y el terrible miedo al abandono de la situación política lograda. Las últimas afirmaciones del principal vocero del oficialismo, de que “Si lo dejan solo (a Evo), lo van a crucificar, nos van a degollar, nos van a hacer comer con los perros, la derecha”; confirman ese conjunto de síntomas. Urge la visita de un psicoanalista al palacio de gobierno. Sugiero a Slavoj Zizek.
Ahora bien, en el otro lado, distintos analistas coincidían, al bosquejar escenarios post referendo, cuando sostenían que el triunfo del NO abriría interesantes espacios políticos, tanto en la oposición como en el oficialismo. La oposición, al no tener que enfrentar a un candidato con gran apoyo popular, podría aspirar a la posibilidad de un cambio en el poder. Esto, impulsaría la saludable emergencia de nuevos actores políticos.
En el oficialismo también, de manera convenientemente, se abrirían nuevos horizontes políticos, tal vez impensados, en la decisión del futuro binomio para las elecciones del 2019. Paralelamente, claro, al interior del Movimiento Al Socialismo, el remesón de la derrota obligaría a un intenso proceso de reflexión y autocrítica interna, cuya dinámica auspiciaría un escenario virtuoso de enriquecimiento interno. En ambos casos, estuvo latente la plausible posibilidad de nuevos espacios y renovación de actores, que bien podrían aspirar efectivas transformaciones y cambios en el poder político.
Sin embargo, en todos los escenarios post referendo trazados por los analistas, ni por asomo, se había sospechado y mencionado la resistencia y el tácito rechazo a los resultados. Muy cándidos, ni en sus más remotas elucubraciones, habían vislumbrado la sistemática negativa, de parte del oficialismo, al resultado de la consulta.
El oficialismo insiste e insistirá de cualquier forma, por las vías formales e informales de la política, la repostulación del binomio para el 2019, más allá del clamor democrático que exige respeto a los resultados del referendo. La agenda política es intensa en ese sentido. El 21F no se ha cerrado. Todas las movidas del Gobierno, con los desnaturalizados movimientos sociales a la vanguardia, apuntan tozudamente a la repostulación del binomio, sin tomar en cuenta, incluso, las loables recomendaciones del padre Xavier Albó, quien desencajo los semblantes del caudillo y su portavoz, cuando sugirió sutilmente una saludable posta en las riendas del poder.
El autor es profesor de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Mayor de San Simón.
Columnas de ROLANDO TELLERÍA A.