Picuiba y circo romano en Cochabamba
Graves son las noticias del valle nuestro y de la patria que dejó de ser República para convertirse en una farsa de etnias a medias tintas, gobernados por originarios violentos y autoridades inexpertas.
“Semapa fijó el cubo de agua más caro del mundo en Cochabamba” La OMS, los expertos, los políticos aseguran cifras distintas de requerimiento ciudadano, no existe acuerdo. “Costará el cubo de agua más caro del eje”. Se ofrecen cifras inútiles de retener y asumir por la obnubilación sedienta de los ciudadanos aglomerados en el bosque de cemento que arde en el secano, angustiados, como los de Picuiba, el enorme ejército de David Toro quien se regodeaba de licor en Carandaití mientras las bajas caían por miles en desbandada mortal. Y pensar que el Goni privatizador nos regaló dos mil litros de agua por segundo, extraída de la laguna de Corani por bombeo ascendería 660 mt hasta Huakanki, luego a Larati, Sacaba, y por tubería hasta Semapa. Y los cochabambinos por antipatía al gringo rechazamos el regalo, hace tantos años. Volumen líquido que continúa allí, aguardando llegar a la ciudad como un patrimonio que nadie toca.
Los cívicos quieren bombear desde Parajti, el Locotal 1.700 mt más abajo, donde vivía Man Césped cultivando sus orquídeas. La reserva, luego de saciar la sed de los vallunos y regar la tierra erial para sembrar cereales, verduras, frutas y flores al infinito, nos reconvertirá en el “Granero de la República” y ofrecerá el privilegio de Vivir Bien. La Gobernación y el Municipio, si actúan, cumplirían su mandato y se anotarán una estrella, pues lo único seguro es que nuestro ropaje humano es agua impoluta en un 75 por ciento, llena de piedritas minerales milagrosas, substancias ambas que animan el alma y el lenguaje biológico.
El sagrado recurso está inscrito en la CPE. Artículos: 15-16-18-20-349-352-373-374-375-376. Agua para la vida, para el alimento requerido, para el Parque Tunari reforestado desde Huakanki hasta Viloma, para los acuíferos subterráneos, para atacar la iniciada desertización. Y pensando en grande, a 10 años plazo, cuando hayamos quintuplicado el número demográfico.
“Alalay demandará dos años para estabilizarse”. Mucho tiempo para lavar el lecho, sacar el lodo, oxigenar, curar con biodegradantes, líquido pútrido de letrina, toxica hasta para las garzas y patos que agonizan envenenados. En lugar de limpiar y conectar en red los cuatro depósitos de agua: Angostura, Alalay, Coña-Coña, Albarancho y el propio río Rocha que, cual serpiente negra, espera una limpieza a fondo.
La turba de Fejuve con su presidente Torquemada, dirigió el linchamiento público, en Entre Ríos, la tierra cocalera, delante de niños para que aprendan, de jóvenes para distraerse, de adultos para aumentar la violencia; todos sentados en las graderías del estadio, observando ansiosos la fiesta macabra, a la romana. ¡Subordinación y Constancia! Obedientes mataron al “Negro”, lo quemaron vivo dejándolo chicharrón hediendo a carbón, como a Servet o a las brujas de Salem, pira humana ante 300 observadores entusiastas. Los policías acuartelados temieron el linchamiento a ellos; uniformados indignos.
Nadie reacciona ante la barbarie. Sólo surge una voz redentora que oxigena el alma, los obispos que denuncian las sombras del Averno entre nosotros, enfermos de peste espiritual; requerimos sanidad redimidos para justificar la existencia nacional, o bien, la extinción a fuego en la hoguera de la protervia política.
El autor es exsenador de Bolivia
Columnas de GASTÓN CORNEJO