¿Hacia una política urbana o de ciudades?
El 11 de agosto pasado, por primera vez, el Viceministerio de Vivienda y Urbanismo llevó a cabo el taller denominado “Hacia la formulación e implementación de la política nacional para el desarrollo integral de ciudades”. Se trató de una actividad colaborada entre ONU hábitat y el viceministerio indicado, dirigida a encaminar la iniciativa de política urbana o de ciudades.
Esta actividad resulta muy importante, porque el escenario nacional presenta una situación donde 70% de la población se encuentra en áreas urbanas, centenas de asentamientos pueden considerarse urbanos y los principales problemas se hallan o generan en este ámbito.
Con excepción de la década de 1970, durante el Gobierno de Banzer, ninguna gestión había prestado suficiente atención a este espacio, reduciéndose más bien la institucionalidad principalmente los últimos 10 años. Se eliminó, por ejemplo, el viceministerio de planificación territorial, el instituto nacional de catastro, las normas para planes urbanos, etc.
En ese marco, es importante reflexionar en torno a lo presentado: Los lineamientos proponen un programa integral con cuatro componentes: legislación urbanística; planificación y gestión urbana; generación de capacidades y gestión financiera. Estas cuatro dimensiones, están vinculadas por un lado con la agenda patriótica y PDES, y por otro lado con el informe país; el plan de acción regional de Minurvi (Ministros de Vivienda y Urbanismo de la región) y la nueva agenda urbana de Hábitat III.
De forma precisa el programa propone cinco ejes: Seguridad y uso eficiente del suelo; servicios de calidad; competitividad y economías urbanas; gobernanza y participación; además de resiliencia y cambio climático. Se reconocen también tres escalas: núcleo productivo y vivienda; la ciudad y el sistema de ciudades. La operativización de estos ejes permitiría la construcción de ciudades sostenibles con inclusión y participación; resilientes; inteligentes; competitivas; compactas en un hábitat con vivienda adecuada.
Si bien la información con la que se cuenta es limitada, lo indicado deja ver una importante influencia de la agenda internacional por la inclusión de conceptos como inteligente, competitiva y otros que sin lugar a dudas son importantes, aunque se debe reconocer que quizás no responden suficientemente a la problemática urbana nacional.
Por tanto, es imprescindible reflexionar sobre la pertinencia del contenido de la propuesta general, además del carácter de algunos ejes, por ejemplo, no podemos hablar de seguridad y uso eficiente del suelo, si antes no salvamos el acceso a este recurso y aseguramos su función social y ecológica; no podemos hablar de servicios de calidad, si previamente no garantizamos el acceso universal; no podemos hablar de competitividad si antes no reconocemos la total informalidad de las ciudades boliviana. Desde otra perspectiva, no podemos avanzar con la planificación y gestión urbana, si los instrumentos “inventados” hace un año (Ley 777 del sistema de planificación), navegan otras aguas y no reconocen siquiera la dinámica urbana menos metropolitana del país, sin olvidar la ausencia de la vivienda y otros aspectos entre los ejes y componentes indicados. No obstante, celebramos el interés del viceministro Delgadillo y del Gobierno nacional por incluir este tema en la agenda.
Es doctor en Urbanismo. Docente de la UPB y la UMSS
Columnas de JUAN E. CABRERA