Ni reyes ni magos
Mi sueño infantil de los Reyes Magos fue sólo una quimera y que sólo vinieron a mi encuentro agentes propagandísticos del Gobierno
Siguiendo el mandato de mis creencias adquiridas en mi infancia, ayer mi mundo se pobló de caravanas que acompañaban a unos Reyes Magos que llegaron desde lejanas tierras a adorar y regalar al niño Dios que había nacido el 25 de diciembre en un portal de Belén.
Bajo los efectos de esa creencia viva recordé los nombres de Melchor, Gaspar y Baltazar y los evoqué con toda la fuerza de mi fe, que milagrosamente obró el prodigio de regalarme unos pesitos cobrados bajo el pretexto de mi jubilación, afirmándome en la convicción de que todo ese dinero fue un obsequio de los Reyes Magos a mi alma todavía infantil.
Después de ese acto de fe salí por las calles de mi ciudad en intuitivamente me dirigí al Palacio Real de la plaza Murillo pensando en que tal casona podría albergar momentáneamente a estos Reyes de Oriente que no disponían de brújula alguna sino de una estrella que guiaba el paso de sus camellos, y que en La Paz Bolivia podrías transformarse en llamas, alpacas y vicuñas.
Me acerqué tímidamente al jefe de la guardia palaciega preguntándole si por allí no habían recalado unos Reyes Magos llegados de tierras lejanas. El militar que no sabía nada acerca de la historia sagrada me miró de arriba abajo respondiéndome que en los últimos meses no había llegado al Palacio ningún personaje del Medio Oriente y que el último fue el Presidente de Irán, íntimo amigo de Evo nuestro presidente Vitalicio a quien conoció en una Reunión de Países Productores de Energía Nuclear, uno de los antojos más preciados que nuestro mandatario acaricia desde hace algunos años y que posiblemente se realizará en la ciudad de El Alto.
Mientras dialogaba con el militar palaciego apareció mi corresponsal periodística quien me dio la bienvenida al recinto, y sonrió indulgentemente cuando le dije que estaba solicitando información acerca de la llegada de los Reyes Magos, cuyo itinerario señalaba una parada en la ciudad de La Paz, al no ser recibidos por la Dirección de Protocolo del Palacio, parece que se trasladaron al Ministerio de Relaciones Exteriores, para presentar sus credenciales ante el canciller Huanacuni.
En la Cancillería se enteraron de que en toda la ciudad no había rastro de los Reyes Magos pues todos eran fornidos mestizos que ejercían de “pacpakus” haciendo propaganda a la candidatura de Evo Morales. Otros personajes llamados yatiris que realizaban una serie de rituales cuyo único propósito era visualizar el triunfo del máximo dirigente del Movimiento al Socialismo.
Recién entonces me convencí de que mi sueño infantil de los Reyes Magos fue sólo una quimera y que sólo vinieron a mi encuentro agentes propagandísticos del Gobierno pues no estamos en tiempos de Jesús, sino en tiempos de duras realidades conducidas por un brujo que se las sabe todas.
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